Problemas diversificados
En distintos barrios del municipio ciudadanos manifestaron estar viviendo las consecuencias de las recientes lluvias. “El agua entra a nuestras casas, tiendas y principalmente está el problema de los huecos y las alcantarillas desbordadas en varias avenidas principales”, dijeron.
Agregaron que el problema de las tuberías rotas ha traído consigo aguas negras, barro, malos olores y calles inundadas por las que es difícil transitar.
En cuanto al servicio público de agua, residentes del barrio Santa Bárbara declararon que en la semana del 21 al 27 de abril presentaron cortes en el mismo.
Del servicio eléctrico, personas de distintos sectores manifestaron que “este se va dos veces a la semana y aunque es por periodos cortos, causa molestia pues pagamos la factura completa que a su vez se ha vuelto más costosa”.
Por otra parte, usuarios del dispensario Pharmasan informaron que cada vez que se va a pedir medicinas nunca las hay y nos mandan a regresar otro día, a pesar de que cumplimos con las órdenes y toda la documentación.
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Acerca de la inseguridad, la comunidad recalcó los diversos casos de robos durante este año. “No sabemos quienes son los responsables pero llegan personas en moto a robar en canchas, locales y también hemos escuchado de vecinos que se les han llevado hasta las rejas de sus casas”. Residentes del barrio La Palmita mencionaron también ser víctimas de estos delitos, uno de ellos aseguró que se presentan robos a los comerciantes que salen de noche de sus trabajos.
Otras situaciones de orden público que también denunciaron en La Palmita son las riñas y disturbios entre hinchas cada vez que hay partidos de fútbol, explicaron que dañan locales y pelean en la vía pública, a veces con piedras e incluso machetes.
Vecinos del municipio igualmente coincidieron en la cantidad de habitantes de calle que hay en las zonas públicas, "consumen drogas en cualquier lugar, duermen en diferentes espacios y piden dinero a los comercios y personas, llegando a amenazar si no se les da", afirmaron.
Miguel García, presidente de la junta de acción comunal del barrio La Palmita expresó que muchos de los habitantes también encuentran su sustento vendiendo materiales en las chatarrerías, por lo que debe haber un mayor control sobre este aspecto.