La conectividad en zonas rurales de Norte de Santander sigue siendo un desafío. En municipios como Convención y Toledo, los esfuerzos por mantener en pie las vías básicas coinciden con una realidad marcada por el abandono, las lluvias y los retrasos acumulados.
En Convención, al nororiente del departamento, se iniciarán trabajos de mantenimiento en el corredor vial 7406, que conecta a esta población con otras del Catatumbo.
La vía ha sido históricamente una de las más afectadas por la falta de inversión sostenida. Esta vez, se destinaron 1.423 millones de pesos para una intervención que busca mejorar la transitabilidad en la zona.
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El contrato quedó en manos de la empresa Construcoling SAS, tras un proceso de licitación adelantado por el Instituto Nacional de Vías (Invías).
“Mejorar el corredor La Mata-Convención es clave para garantizar la movilidad, la seguridad y el desarrollo económico en una región que históricamente ha estado olvidada”, dijo en un comunicado la ministra de Transporte, María Fernanda Rojas.
El tramo, que durante años ha presentado fallas en su estructura y largos periodos de aislamiento en temporada de lluvias, es clave para el transporte de alimentos, materiales y pasajeros en una región que depende en gran medida de la actividad agrícola.
Habitantes de veredas cercanas señalan que, aunque el anuncio de obras genera expectativa, lo que esperan es continuidad. Dicen que no es la primera vez que se anuncian arreglos parciales sin seguimiento.
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Obras y deslizamientos
Mientras tanto, en Toledo, en la zona nororiental del departamento, las lluvias intensas de las últimas semanas generaron emergencias en varios puntos de la vía principal. El kilómetro 96, sector conocido como Santamaría, sufrió deslizamientos que afectaron la banca y obligaron a intervenciones urgentes.
Equipo del Invías ejecutó trabajos de estabilización que incluyeron reconstrucción del terraplén y relleno con material rocoso en los taludes. Estas maniobras buscan evitar nuevos colapsos y mantener habilitado el paso, al menos de forma preventiva.
Otros puntos críticos sobre el mismo corredor, como los kilómetros 42, 87 y 134, también fueron intervenidos. En este último, el desbordamiento del río Royota interrumpió por completo el tránsito.
La vía fue reabierta pocas horas después gracias al trabajo de cuadrillas locales con maquinaria amarilla.
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Las comunidades reconocen la atención de las emergencias, pero insisten en que los trabajos no deben quedarse en parches temporales.
En ambos casos, las intervenciones buscan mejorar las condiciones de tramos que han presentado afectaciones constantes por el clima y el desgaste.
Según la comunidad, estos corredores son fundamentales para evitar el aislamiento de las zonas rurales, especialmente durante temporadas de lluvia, cuando el tránsito suele verse interrumpido por deslizamientos o pérdidas de banca.
Los dos corredores viales –Santamaría y La Mata-Convención– permanecen habilitados con paso controlado, mientras avanzan las obras.
Las comunidades de esos sectores esperan que las intervenciones sean sostenidas en el tiempo y que no se repita el patrón de abandono que históricamente ha afectado estas zonas de Norte de Santander.
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