Las autoridades nacionales no se atrevieron ayer a fijar un plazo concreto para habilitar de nuevo el tránsito automotor entre Cúcuta y Ocaña.
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La alta sedimentación acumulada sobre la calzada, tras la avalancha de lodo y piedras que bajó desde Villa Caro y prácticamente destruyó El Tarrita, el pasado 31 de mayo en la zona rural de Ábrego, tiene complicada las labores de limpieza, pese a la numerosa presencia de maquinaria amarilla.
Aunque al comienzo de las labores se había hablado de dos meses de plazo para despejar el lodo y las piedras que bloquearon la carretera, ayer el director de la territorial del Instituto Nacional de Vías, Elías Jaimes Fernández, fue parco al responder por esta pregunta: ‘no me atrevo a dar una fecha ya que el trabajo es bastante dispendioso y puede demorar muchos días’.
Empleando un lenguaje coloquial, Jaimes explicó lo difícil que se ha tornado el despejar la vía: “ustedes han visto los videos, es bastante complicado por el lodazal, es una sopa que se le mete la cuchara (para hacer referencia a la máquina) y es difícil de evacuar”.
Sobre la instalación de los puentes metálicos explicó que los operarios hasta la fecha no han encontrado los estribos de las antiguas estructuras para soportar el peso ni mucho menos la loza.
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“El equipo especializado se encuentra en esa valoración, hay dos frentes de trabajo, uno por Ocaña y el otro desde Cúcuta. En estos instantes no nos hemos encontrado con los cimientos para soportar los puentes militares”, agregó el funcionario.
Fue enfático en manifestar que desde la avalancha han estado al tanto de la situación: “primero, la evacuación de las personas, luego la limpieza de todo el lodo acumulado y posteriormente la revisión del estado de las estructuras”.
El director del Invías descartó la apertura de una vía alterna en el mismo sitio debido a las fallas geológicas, lo que hace más engorroso el procedimiento.
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Lo cierto del caso es que los transportadores deben esperar un par de meses para reactivar el intercambio comercial desde la zona de frontera con la costa norte colombiana.
Víctor Ríos Bocanegra, subdirector de Gestión del Riesgo de Invías, dijo que se llevan removidos 30.000 metros cúbicos de lodo en la vía y se tiene maquinaria trabajando.
En Cúcuta y Ocaña la preocupación subió ayer de tono al conocerse del impacto que está produciendo el bloqueo vial en las economías de ambas ciudades.
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La directora ejecutiva de Fenalco Norte de Santander, Gladys Navarro, reveló que el gremio prepara un documento para dirigirlo a los gobiernos departamental y nacional para que se aborde con mayor celeridad el despeje de la vía que une a la capital nortesantandereana con Ocaña y la Costa Atlántica.
Los efectos son preocupantes en sectores de la construcción, canasta básica, comercio e industrial, lamentó Navarro.
La última investigación que adelantó Fenalco permitió identificar que hay empresas que reportan disminución en ventas así como incremento de costos adicionales por fletes y demoras en los tiempos de entrega de las mercancías.