El 20 de julio, el presidente de la República, Gustavo Petro, admitió públicamente ante el Congreso que su gobierno no ha logrado consolidar uno de sus proyectos bandera: la ‘Paz total’, una ambiciosa apuesta que más que aplausos le ha valido críticas, por el impacto negativo que ha desencadenado sobre la seguridad y el orden público en el país.
No obstante, minutos después, el ministro de Justicia, Eduardo Montealegre, radicó ante el Legislativo un proyecto que desde ya promete una álgida discusión, por cuanto establece el marco jurídico para los grupos armados y delincuenciales con los que el Gobierno, bajo el amparo de esa fallida política de paz, adelanta negociaciones, pero con quienes todavía no logra acuerdos significativos.
Es decir, se trata de la estructura de una nueva justicia transicional con beneficios para quienes se apartaron del Acuerdo de Paz de La Habana, los expulsados por Justicia y Paz y la JEP, narcotraficantes y hasta los procesados por cuenta de la protesta social.
De acuerdo con la categorización que se contempla en el proyecto de ley, los grupos que se podrán acoger a dicho marco están divididos así:
Grupo Armado Organizado al Margen de la Ley (GAOML): son a los que el Estado les reconoce un carácter político. Entre ellos están el Eln y las disidencias de las Farc que están en proceso de diálogo con el Gobierno.
Grupos Armados Organizados (GAO): son organizaciones que ejercen control sobre una parte del territorio, pero a quienes no se les reconoce un estatus político. En este grupo entraría, por ejemplo, el Clan del Golfo.
Estructuras Armadas Organizadas de Crimen de Alto Impacto (EAOCAI): aquí se ubican las bandas criminales que además de su accionar violento se dedican a las economías ilegales, como Los Pachelly, Los Shottas, Los Espartanos y muchos otros que delinquen en Medellín, el Valle y otras regiones del país.
Financiadores y colaboradores: aquí entran los civiles o servidores públicos que contribuyeron de una u otra forma con el accionar de los grupos delincuenciales y sus actividades ilícitas.
Tratamiento penal
Aunque el ministro de Justicia insiste en que el objetivo de esta ley no es premiar a los criminales “sino darle herramientas al Estado para acabar con la violencia, proteger a las comunidades y fortalecer la justicia”, las medidas contempladas en el proyecto, para muchos, terminan favoreciendo a los criminales.
De acuerdo con el contenido del marco jurídico, este sería el tratamiento penal en cada caso:
-GAOML y GAO: se aplicará a grupos y personas que sean o hayan sido actores del conflicto armado desde el 1 de enero de 1990 hasta la fecha de la desmovilización. Aquí entran también quienes fueron excluidos previamente de Justicia y Paz y de la Jurisdicción Especial para la Paz.
Según la ley, a los máximos responsables de delitos se les aplicará una pena alternativa privativa de la libertad por un período mínimo de 5 años y no superior a 8 años. Quienes no tenían rol de mando recibirán penas de 2 a 5 años.
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Uno de los aspectos que más llama la atención es que la propuesta del Gobierno contempla que los expulsados de Justicia y Paz y la JEP recibirán una pena alternativa entre 8 y 10 años, pero lo cuestionable es que les tendrán en cuenta el tiempo que ya estuvieron privados de la libertad.