Joya arquitectónica
Alejandro Delgado Armesto, director del museo, explicó que corresponde a una pieza arquitectónica con forma de cuña o trapezoidal por la condición geográfica del trazado en la fundación de la ciudad.
Es muy visible, similar con las hondonadas del río Chiquito como una manera de adaptarse entre las curvas de la quebrada topografía que termina en el parque de San Agustín.
En 1972 se dio la intervención para adecuarlo como museo de la ciudad bajo las gestiones del dirigente Argelino Durán Quintero con la ubicación de un jardín a la entrada. Guarda una serie de objetos como resultado de la gestión de unos ocañeros donde se define un espacio para contar la historia. La génesis para narrar el pasado indígena, el proceso de la fundación, la vida cotidiana de la colonia, la Independencia, la República y principios del siglo pasado.
Se destaca una libreta de bocetos de José Eusebio Posada del siglo XIX reflejado en el álbum de los recuerdos donde plasma los paisajes y la arquitectura de ese entonces.
Asimismo, el gorro masónico del general Rafael Uribe Uribe, un atuendo con mucha simbología de la libertad y concepto de la República.
También, la colección de los planos del cable aéreo Gamarra-Ocaña-Cúcuta donde se muestra una arquitectura de la época con una realidad majestuosa.
Lea además: Complejo de la Gran Convención no se salva de los delincuentes
Hay algunas vestimentas con los rituales católicos y desde el valor estético como es la capa pluvial para celebrar las misas de espaldas al público. “El futuro es muy esperanzador en territorios afectados por la violencia. Los museos tienen una fuerza, un potencial en un país permeado por el sufrimiento, los conflictos y los ataques entre los poderes”, agregó e invitó a las instituciones educativas para complementar los procesos formativos.