Los homicidios perpetrados a menores de edad, quien en su mayoría rondan entre los 15 y 17 años, han sido por varios años un lastre que grupos armados ilegales y bandas delincuenciales han generado debido a la instrumentalización de los adolescentes para que hagan parte de su accionar criminal.

En Cúcuta, la cifra hasta septiembre, de acuerdo con Boletines Estadísticos Niños, Niñas y Adolescentes de Medicina Legal, ascendía a 8 jóvenes asesinados, lo que tristemente posiciona a la ciudad como la sexta más mortal para los menores junto a Santa Marta.

A nivel nacional se han cometido - hasta septiembre- 469 asesinatos de jóvenes en estadísticas lideradas por Cali (55 homicidios), y seguido por Bogotá (21), Quibdó (18), Barranquilla (14), Medellín (11), y Santa Marta con Cúcuta (8).

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Un problema de la drogadicción

Según Edison Contreras, concejal de Cúcuta que durante varios meses ha investigado la problemática, estos homicidios están relacionados al preocupante aumento de consumo de drogas en menores de edad.

“Es un tema muy álgido en la ciudad, desde hace rato he estado insistiendo en que hay que prestarle más atención a los jóvenes cuando salen de las instituciones educativas porque en muchas ocasiones, allí es donde empiezan los temas de microtráfico. Es un tema muy complejo y no se le está prestando la suficiente atención”, aseguró Edison Contreras.

Así mismo, dijo que es importante la colaboración no solo de la Policía Metropolitana de Cúcuta (Mecuc), sino de varias secretarías municipales y departamentales que son las idóneas para evitar que la drogadicción siga aumentando en los menores de edad.

“El problema de microtráfico está en todas las comunas, ya se ven droga en los alrededores y dentro de los colegios, ¿cómo hacen para que un joven sea delincuente? La droga es el primer eslabón de la cadena y es imperante atacarlo. Ahí debería estar involucrada principalmente la Secretaría de Salud, Seguridad Ciudadana, Bienestar Social, y después la Secretaría de Educación”, puntualizó el concejal Contreras.

Algunos hechos

Y es que en lo corrido del año, las situaciones que han involucrado los asesinatos de, por lo menos, tres de estos menores han estado relacionadas con el microtráfico, los hurtos y los homicidios selectivos.

Uno de los hechos ocurrió el 21 de enero, en la calle 4 del barrio Los Canarios, frente a un brazo de la quebrada Tonchalá, allí un adolescente de 17 años, fue asesinado por unos supuestos ‘amigos’ que lo acompañaban a las 7:00 de la noche.

Se conoció que mientras dialogaban con la víctima, las personas que habían llegado con el joven a ese lugar oscuro y alejado, presuntamente a consumir estupefacientes, decidieron sacar un arma de fuego y balearlo en varias ocasiones. El adolescente murió instantes después.

Otro homicidio se dio el 4 de mayo en el barrio Manuela Beltrán, cuando varios adolescentes huían de dos hombres presuntamente armados que, según el testimonio de los vecinos, los buscaban para asesinarlos. Trágicamente los hombres alcanzaron a uno de los menores, de 15 años, y lo balearon hasta matarlo.

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Luego de que La Opinión hablara con la madre de menor, la mujer expresó que durante mucho tiempo llamaron a la seccional de Infancia y Adolescencia, porque había sido señalado de hurtar a algunas personas del barrio, y querían que ellos hicieran el debido proceso para capturarlo y que entrara al Centro de Servicios Judiciales Para Adolescentes (CESPA), pero nunca llegaron.

“Tenía 15 días de no estar en la casa, se había ido enfurecido en Semana Santa, y no sabíamos nada de él, hasta ayer (3 de mayo) que lo vimos y logramos retenerlo, varias personas me dijeron que mi hijo les había hurtado y nosotros queríamos hacer lo posible para cambiar eso, por lo que llamamos a la Policía de Infancia y Adolescencia ese día para que se lo llevaran capturado, pero nunca llegó”, explicó la madre del menor.

En por lo menos 15 ocasiones, aseguran los familiares, llamaron a la línea telefónica de esta sección de la Policía, pero nunca contestaron, por lo que el joven logró huir y esa fue la última vez que lo vieron con vida.

Un caso más fue registrado el 20 de julio en horas de la noche, cuando un joven de 19 años y un adolescente de 17 fueron baleados en medio de una discusión que sostuvieron con el homicida en un callejón ubicado entre las calles 21 y 22 con avenidas 4 y 5, del barrio El Salado parte baja.

Meses más tarde, las autoridades lograron detener al presunto homicida identificado como James Johan Valderrama Sandoval, alias ‘Can’ que, según las investigaciones habría asesinado a estas dos personas, al parecer, por un dinero que les debía por cometer un doble homicidio días antes, a principios de julio contra dos hombres que jugaban en un pool.

‘Todo empieza en la casa’

Edna Margarita Pérez Arévalo, una psicóloga clínica que durante varios años ha estado ligada a esta problemática por situaciones laborales, aseguró que en gran medida los ‘malos pasos’ que toman los jóvenes asesinados, se debe a unas dinámicas de familias disfuncionales.

“Hay varios factores de vulnerabilidad y riesgo, recalco las familias disfuncionales porque éste es el centro en el que un ser humano se forma. Si no hay una dinámica de afecto, de disciplina con amor, de pautas de crianza sólidas con figuras de autoridad establecidas, es muy probable que los adolescentes no respeten la autoridad, y es lo que sucede hoy en día”, explicó la psicóloga clínica.

Así mismo, la profesional sostuvo que la adolescencia es una etapa del ciclo de la vida muy vulnerable, pues su aspiración es la aprobación social y pertenecer a un grupo que lo acepte, por lo que si no llegan a tener esa comodidad en sus hogares, lo buscan afuera.

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“Los integrantes de las bandas delincuenciales son como cazadores, están observando a los jóvenes de barrios periféricos, especialmente los que viven en una condición de precariedad y se acercan sigilosamente para crear un vínculo, y poco a poco ser instrumentalizado por ellos para cometer los delitos que requieran, estos cazadores son expertos en manipular las carencia de los jóvenes, siempre están observando a ver qué adolescente les da la oportunidad”, señaló Edna Pérez.

La Opinión intentó en repetidas ocasiones hablar con expertos de la Seccional de Infancia y Adolescencia de la Policía Metropolitana de Cúcuta y con investigadores de la Fiscalía sobre esta problemática, pero no respondieron a las solicitudes.

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