Cúcuta es probablemente uno de los municipios de Norte de Santander con el más alto índice de situaciones de acoso escolar o matoneo, aunque las cifras no trasciendan porque muchos de esos casos permanecen en el anonimato, ajenos a las instancias del control educativo.
En la Secretaría de Educación Municipal, al menos, no cuentan con estadísticas acerca de los casos de ‘bullying’ en las instituciones oficiales bajo su competencia. Por el momento, solo tienen 13 casos priorizados, una cifra bastante baja, tomando en cuenta que 63 colegios de la ciudad están bajo su cargo.
Al ser consultados acerca de una precisión de la situación actual en la ciudad manifestaron que están elaborando una “categorización y estudio más individualizado de los casos en cada institución del municipio junto al Comité de Convivencia Escolar Municipal”.
En otras palabras, no hay un estudio oficial que permita cuantificar la realidad y disponer de los elementos para entender y analizar la situación actual de los colegios públicos en el municipio.
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A propósito de conmemorarse el 2 de mayo, el Día Internacional contra el Acoso Escolar, el Laboratorio de Economía de la Educación de la Universidad Javeriana publicó un informe que ubica a Colombia como el segundo país con mayor exposición al bullying de Latinoamérica.
Por otro lado, un informe de la ONG internacional Bullying Sin Fronteras, reveló que entre enero de 2020 y diciembre de 2021, Colombia se encontraba entre los 30 países con mayor presencia del matoneo escolar con 8.981 casos. Esos estudios indican que 30% de los niños y jóvenes de Colombia han sufrido acoso escolar.
“Tendemos a medir por el impacto”
Angie Dadira Ortega, docente orientadora escolar de la Institución Educativa Mariano Ospina Rodríguez, cree que el acoso escolar en Cúcuta es mayor de lo que reflejan las estadísticas y reconoce que hace parte de uno de los principales problemas que tienen los establecimientos educativos en la región.
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A su juicio, los hechos no son notorios porque suelen medirse las situaciones por el impacto. “Esperamos a que las cosas escalen un poco más para que sean visibles. No nos damos cuenta que quizás hay casos de acoso que son pequeños pero que si van creciendo pueden convertirse en algo más complejo”, aclara.
Desde la cotidianidad, el ‘bullying’ se manifiesta en los apodos, la discriminación, la exclusión y las burlas. “Es algo que se vive en todas las instituciones y que se tiene que abordar desde el aula de clases”, comenta la profesora.
La orientadora cree que desde las víctimas existe una enorme carencia de educación emocional y por eso plantea que en los hogares debe darse el fortalecimiento de la asertividad entre los niños y adolescentes para que adquieran la habilidad de expresar sus derechos, emociones, opiniones, necesidades y sentimientos tanto positivos como negativos.
Con respecto al acosador, reconoce un entorno familiar violento.“Muchos de los niños que ejercen el ‘bullying’ en las instituciones vienen de un círculo de violencia en su sistema familiar, donde los padres se maltratan, ya sea de palabra o de manera psicológica”, asegura.
Una búsqueda de reconocimiento
En concepto de Pedro Pezzotti, rector del Colegio San Francisco de Sales, el acoso escolar es más pasivo que activo y cuando se presenta entre los estudiantes, tras la figura operante hay niños o adolescentes que buscan algún tipo de reconocimiento.
Dice que en su institución la forma de abordar a tiempo estos hechos es mediante el fortalecimiento de la seguridad de los jóvenes. Les hacen entender que hay en el “matón” una enorme necesidad de ridiculizar o minimizar a otros para lograr notoriedad.
“Los educamos en un ambiente de autoseguridad y les hacemos entender que de alguna forma esto le afecta más al acosador que a la misma víctima y que en algún momento el propio victimario termina convirtiéndose de alguna manera en víctima también”, explica.
En su colegio se han presentado situaciones de acoso escolar que han resuelto con prontitud. Como un elemento común, el rector reconoce algunas características en quien ejerce el ‘bullying’. “Vemos un niño con calificaciones que no son las mejores, su participación en el aula de clases no es la mejor, que sus relaciones humanas no son las mejores y menos su autoestima”, expresa.
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A su juicio, estas situaciones en los entornos escolares son el reflejo de la sociedad pero, sobre todo, de las experiencias familiares porque revelan “prejuicios de casa”. “Cuando el niño es burlón analizamos al papá o a la mamá y vemos que es otro burlón y que no se sienten con afecto dentro del grupo escolar. Necesita llamar la atención”, comenta.
Marielena Silva, coordinadora del Instituto Salesiano San Juan Bosco, también considera que el ‘bullying’ es el espejo de lo que los niños viven en casa y cuando se trata de adolescentes, la docente piensa que utilizan esta vulneración para “intentar brillar de alguna manera”.
Por otro lado, atribuye alguna responsabilidad a lo que consumen los jóvenes en medios y redes sociales.
“Lamentablemente no les ha brindado a los muchachos como ese modelo a seguir, sino la idea de que atropellar gente es lo que vale”, indica.
No toda burla es acoso escolar
El rector del colegio La Salle Cúcuta, Ramón Santafé, ha tenido que atender casos de ‘bullying’ en la institución, aunque no frecuentes, por lo que desestima alguna idea de que estas situaciones estén relacionadas de alguna forma con entornos socioeconómicos.
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“Los pocos que se han presentado se han atendido inmediatamente y ese actuar les hace saber a los chicos que no permitimos ni la burla ni el ataque, ya sea verbal o físico”, notifica.
Los hechos que han atendido siempre han sido de estudiantes del mismo curso o grado y, por lo general, los involucrados guardan silencio por temor a ser señalados por el resto. Sin embargo, el rector considera que es importante establecer cuándo están en presencia de una situación de acoso escolar o de un hecho aislado.
“Infortunadamente, los padres de familia, ante una burla o un chiste empiezan a hablar de acoso escolar, acusando al colegio de no actuar de manera competente. Nos ha tocado en esos casos hacer una explicación bastante extensa y recordarles que está definido como ‘bullying’ en la legislación colombiana que es un ataque repetitivo en el tiempo”, explica.
Cuando el profesor es el acosador
Existen muchas formas de abuso en los colegios y aunque muchas veces se cree que el ‘bullying’ es una relación de poder entre estudiantes, lo cierto es que también existe aquel acoso que ejercen los profesores sobre sus alumnos, siendo un aspecto del que poco se habla.
John Anacona, menciona lo ocurrido con su hijo. El menor de 14 años, estudiante de décimo del colegio Gonzalo Rivera Laguado, ha sido objeto de supuesto acoso escolar por parte de una docente.
Relata que el adolescente dejó de comer a raíz de comentarios que ha recibido por parte su profesora de educación física, con respecto a su sobrepeso.
“La mamá empezó a ver que cuando comía se iba al baño a tratar de devolver la comida y así nos dimos cuenta que esto le estaba afectando psicológicamente. Somos conscientes de que está gordo pero no es motivo para que sea ridiculizado delante de sus compañeros”, precisa.
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Dice que han intentado conversar con la profesora pero que el viernes 29 de abril esta le habría dicho delante de otros padres: “qué quiere que le diga si su hijo no sirve para nada”.
Hablaron con una coordinadora que tomó sus datos para llevar el caso ante el rector.
Al intentar entrevistarlo, descubrimos que el directivo no estaba enterado del hecho. Así lo hizo saber a través de un mensajero que en la puerta del colegio manifestó que el docente estaba ocupado pero que ningún hecho de esa naturaleza había sido reportado.
Más tarde, convocaron a una reunión con el rector, a la docente y los padres. Estos últimos temían que al hacer público el caso pudieran perjudicar al estudiante delante de sus profesores o convertirlo en blanco de más burlas en su curso, algunos de los motivos que hacen que en Cúcuta no existan cifras.
Comité de Convivencia
El Comité Municipal de Convivencia que es el encargado directo para atender las situaciones de acoso escolar desde la Secretaría de Educación. Otras instancias que intervienen son el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, Fiscalía y Personería. De igual forma, son abordados desde la Mesa de Infancia, Adolescencia y Familia para direccionar las estrategias de prevención en los colegios con la Procuraduría y la Secretaría de Salud Municipal.
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