Hoy empieza a correr formalmente el calendario electoral para las elecciones de Congreso de la República que se celebrarán el 8 de marzo de 2026, con la apertura de la inscripción de cédulas en todo el país y el registro de los comités que recogerán firmas para avalar listas de candidatos. Y si bien todavía falta un año para estos comicios, desde ya la Misión de Observación Electoral (MOE) decidió poner en marcha el proceso de veeduría y seguimiento a la contienda en la que se definirá la nueva composición del Senado y la Cámara de Representantes, así como la elección del próximo presidente de los colombianos, en mayo.
Este despliegue estará coordinado por 35 regionales de la MOE, lideradas por organizaciones de la sociedad civil, religiosas y universidades. “A través de estas coordinaciones, garantizaremos una observación con presencia en al menos el 80 por ciento del territorio nacional, teniendo especial atención en las zonas con alto nivel de riesgo electoral a través del mapeo que la MOE elaborará para estos comicios”, explicó Frey Muñoz, subdirector de la Misión de Observación Electoral.
De acuerdo con el delegado de esta plataforma, aproximadamente 12.000 observadores voluntarios, con presencia en los 32 departamentos del país, acompañarán esta labor, a fin de garantizar un riguroso seguimiento a cada una de las etapas de la nueva contienda democrática. Muñoz señaló que en este proceso de observación se implementarán enfoques diferenciales para monitorear la participación política de mujeres, la de las personas con orientaciones sexuales, identidades y expresiones de género diversas, personas con discapacidad y población étnico-raciales.
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Violencia, la mayor amenaza Además de la estrategia que fue diseñada para acompañar desde ya la etapa preelectoral de la contienda que concluirá en un año, la MOE también llamó la atención sobre los principales retos que tendrá este nuevo proceso. “La violencia es una de las amenazas más graves para la democracia en nuestro país. Por eso, la MOE insiste en que las políticas de paz y seguridad deben estar articuladas con la estrategia electoral para garantizar condiciones adecuadas para el voto libre”, planteó el subdirector de la Misión, Frey Muñoz.
Agregó que la presencia de grupos armados ilegales que coartan la libre participación política en diversas regiones, así como la intimidación y el miedo, no solo afectan a quienes aspiran a cargos de elección popular, sino que también restringe el ejercicio del voto libre e informado, y en ese sentido, este será uno de los mayores desafíos para la próximas elecciones. Jairo Oviedo, coordinador de la MOE en Norte de Santander, estuvo presente en el lanzamiento de la observación electoral y desde allí alertó que son muchas las preocupaciones que agobian en este momento a quienes hacen seguimiento a los procesos electorales que se avecinan.
“Lamentablemente, el panorama no es nada alentador. Como lo indicó el registrador nacional, para la realización de estas elecciones es indispensable contar con un marco de seguridad que permita que la ciudadanía pueda salir a votar en paz”, dijo. En representación de los demás coordinadores del país, Oviedo recordó que en Colombia hay comunidades arrinconadas por la violencia y por eso advirtió que la evolución de la violencia podría incidir negativamente en las condiciones de seguridad para garantizar el voto libre en 2026.
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Otros desafíos Para la Misión de Observación Electoral la transparencia en la financiación y ejecución de recursos de las campañas electorales es otro de los grandes retos que se vuelve a presentar en las elecciones legislativas y presidenciales del próximo año. La infiltración de recursos de origen ilícito y la desviación de recursos públicos, acompañada de prácticas de corrupción electoral, “siguen debilitando la credibilidad del sistema electoral”.
En ese sentido, la Misión planteó que no basta con el control de la autoridad electoral, sino que las mismas organizaciones políticas y candidatos “deben asumir una mayor responsabilidad frente a la sociedad, asegurando que sus campañas cumplan con los principios de legalidad y transparencia”. La estabilidad del sistema de partidos, por la proliferación de movimientos políticos cuyo futuro es incierto por las escisiones, fusiones y decisiones judiciales, así como la desinformación y el uso malintencionado de la inteligencia artificial y las redes sociales, serán otros de los retos que enfrentará la campaña que desde ya empieza a calentar motores.
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