Compleja se torna la situación, año tras año, en la recta final del calendario ante los escasos recursos presupuestados para cubrir el transporte escolar en el municipio de Ocaña. Los niños campesinos no pudieron asistir la semana anterior a las aulas de clases porque la plata se acabó.
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El contrato expiró el 16 de septiembre y los padres de familia no cuentan con los medios para llevar a sus hijos a la escuela.
El alcalde, Samir Casadiego, solicitó al gobernador del Norte de Santander, Silvano Serrano, completar la bolsa común encaminada a evitar traumatismos en el calendario escolar entre la población rural.
El mandatario seccional acordó un aporte de 200 millones de pesos para garantizar el servicio a los 900 niños campesinos de la región.
En la última semana no asistieron a las aulas de clases, mientras se adelanta el proceso administrativo para el desembolso de esos dineros. “Esperamos la otra semana normalizar ese servicio”, indicó el secretario de Educación de Ocaña, Raúl Rolando Castro Ojeda.
Ese servicio se ofrece a las instituciones de los corregimientos de La Ermita, Aguas Claras, Otaré, Pueblo Nuevo y Agua de la Virgen. Además, escuela Bermejal y el colegio artístico Rafael Contreras Navarro.