El hallazgo de varios artefactos explosivos en los alrededores de la escuela El Limón, enciende las alarmas en el corregimiento de Aguas Claras comprensión rural de Ocaña.
Las directivas del establecimiento educativo suspenden las clases para proteger a los niños y maestros, mientras las autoridades proceden hacer la limpieza en la vía que conduce hacia el centro poblado.
El rector del colegio, Fernando Alberto Clavijo Vega, censura los métodos utilizados por los violentos para evadir el cerco de las tropas, sin importar los efectos entre la población civil.
“Las instituciones educativas son territorios de paz, insto a los grupos al margen de la ley para excluir a los niños de esa guerra sin sentido que se libra en la zona del Catatumbo”, recalcó.
Las directivas están sumamente preocupadas por el estallido de un artefacto a la entrada de la vereda y los vecinos alertan a las autoridades sobre la existencia de 4 tubos metálicos sin explotar.
“Por ahí transitan 40 niños campesinos, dos maestras, además de los transeúntes y el alto flujo de vehículo hacia Convención, lo que representa un inminente peligro para la comunidad”, precisó el directivo docente, quien notificó a los secretarios de Gobierno, Freddy Arengas Romero y Educación, Doiler Alfonso Sanjuán Sánchez para que se tomen cartas en el asunto, garantizando un retorno seguro a las aulas de clases.
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La reciente alteración del orden público genera temor entre los padres de familia quienes solicitan medidas de protección hacia sus hijos. Confiesan que existen unos cables de color amarillo a la vera del camino y los niños son muy curiosos, al manipular esos elementos puede ocurrir una tragedia. “Los menores de edad no pueden quedar inmersos en esta guerra fratricida que se libra en la zona del Catatumbo e intranquiliza a los habitantes de la región. Es imperiosa la necesidad de buscar acercamientos con los grupos en conflicto para evitar desenlaces fatales”, exclamó.
No respetan la zona escolar
Una situación similar se presenta en el corregimiento de Otaré, comprensión rural del municipio de Ocaña donde los hostigamientos mantienen en vilo a la comunidad educativa del colegio Edmundo Velásquez.
El cura párroco del centro poblado, Said Contreras Navarro, censura la manera como los violentos entorpecen el normal desarrollo de los programas académicos al atacar la subestación ubicada al frente de la institución educativa.
Explica que regresaba de una vereda en donde celebró una homilía y observó los momentos de pánico de la comunidad con el cruce de disparos. “Expresar a viva voz el clamor por la paz de los pueblos, con la protección de la vida en la cotidianidad. Elevamos las plegarias al creador para que ablande el corazón del hombre y se estrechen lazos de convivencia pacífica”, agregó.
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En reiteradas ocasiones se ha solicitado la reubicación del colegio ante el inminente peligro, pero la solución se ha dilatado por problemas jurídicos de los predios.
Rezagos del conflicto armado
La situación se torna difícil en la vía que conduce hacia el aeropuerto de Aguas Claras ya que el pasado fin de semana los grupos al margen de la ley perpetraron un atentado terrorista en contra de una patrulla de la policía nacional donde dos uniformados fueron atendidos en el hospital de Ocaña por aturdimiento.
Los artefactos sin explotar quedaron a la orilla de la carretera y fueron encontrados por operarios del Instituto Nacional de Vías quienes adelantaban labores de limpieza.
Las autoridades se encuentran en máxima alerta por la escalada terrorista en esa arteria vial que comunica con la zona del Catatumbo.
En ese corredor existen unas viviendas y a escasos 80 metros se encuentra la escuela integrada El Limón, adscrita al colegio de Aguas Claras con 40 estudiantes y dos maestros.
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Mientras los expertos de las unidades investigativas indagan los responsables de los hechos y neutralizan los explosivos se suspenden las actividades académicas.
En máxima alerta
Desde el Segundo Distrito de la Policía Nacional insta a las comunidades entregar información sobre la presencia de personas extrañas en la región para actuar de manera oportuna y brindar protección a las comunidades.
El teniente coronel, Wilder León, recomienda a la gente suministrar datos de movimientos sospechosos, responsables de esos hechos criminales que no solamente afecta a la fuerza pública, sino a la población civil. Los habitantes deben informar sobre la existencia de objetos raros en la carretera para mitigar alteración del orden público en la región.
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