Pegan el grito en el cielo
Casadiego fue categórico al afirmar que todos deben poner su granito de arena para generar espacios de convivencia en el centro de acopio de Ocaña.
El primer objetivo es poner orden en casa cumpliendo los horarios establecidos para cargue y descargue con el fin de evitar el caos vehicular por la indisciplina de la gente.
Sin embargo, una franja de los comerciantes, no comparte las extremas restricciones ya que repercute en el intercambio de los productos. “Triste, las medidas adoptadas por el alcalde en vez de beneficiar, perjudica al gremio, la situación es bastante difícil, las ventas están duras, se deben buscar incentivos a los compradores y no comparendos. La administración se ha empeñado en colocar trabas”, indicó la comerciante Martha Vergel Castro.
No comparten los fuertes dispositivos donde buscan el traslado de los buses intermunicipales hacia la Terminal de transportes, ya que eleva los costos en la dinámica comercial y las alzas corren por cuenta de los clientes.
“Solicitamos seguridad y no persecución a los pobres campesinos que traen los productos a la plaza de mercado. Quieren acabar con el más grande centro comercial de la región, ya que es complejo ingresar con las verduras y llevar los víveres a las fincas”, indica Asís Gómez.
Ante esa postura de los comerciantes el coronel Chavarro hizo énfasis sobre las órdenes recibidas para neutralizar a los infractores. Indicó que sus hombres socializan las medidas y lo más recomendable es el despeje del espacio público. “Las calles del mercado las han convertido en parqueadero, esa es la dinámica del control existen unos horarios que se deben cumplir para cargar y descargar, pero no vamos a permitir que dejen el automotor estacionado dos o tres días”, precisó el oficial.
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