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Ocaña
Planta procesadora de tomate y fruta nunca arrancó, en Ocaña
Equipos obsoletos no garantizan procesos agroindustriales en la región.
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Javier Sarabia Ascanio
Javier Sarabia
Sábado, 11 de Enero de 2025

El sueño de una planta procesadora de tomates y frutas, concebida en los años 90 como la salvación del sector agropecuario de la provincia de Ocaña, yace oxidado y olvidado en las bodegas de la Corporación Autónoma Regional de la Frontera Nororiental (Corponor).

Tres décadas después de su construcción, las promesas que rodearon el proyecto se han desvanecido, dejando a la comunidad con esperanzas rotas y equipos obsoletos.

Los equipos de la Planta Procesadora de Tomates y Frutas se oxidan en una bodega del centro de Acopio de Ocaña.
Un proyecto que no despegó

Concebida durante la administración de Luis Eduardo Vergel Prada (1992-1994) y financiada por el extinto Fondo de Desarrollo Rural Integral (DRI), la Unión Europea y otras instituciones, la planta representaba una apuesta por la agroindustria en la región. Sin embargo, los errores en los estudios de factibilidad y las fallas en la comercialización de productos como pasta de tomate y pulpas de frutas sentenciaron el fracaso del proyecto desde sus inicios.

“Se hicieron inversiones importantes, incluso con el apoyo de ONG internacionales y el Ministerio de Agricultura, pero las estrategias no dieron los resultados esperados”, recordó el exalcalde Vergel Prada.
 

Los equipos de la Planta Procesadora de Tomates y Frutas se oxidan en una bodega del centro de Acopio de Ocaña.
Propuestas sin concretar

A lo largo de los años, diversas iniciativas han intentado dar un uso útil a las instalaciones. Entre las ideas se planteó la entrega al Servicio Nacional de Aprendizaje (SENA) para programas de capacitación, o el montaje de un centro de agro logística para el acopio y transformación de frutas, hortalizas y cereales. Sin embargo, la obsolescencia de la maquinaria ha sido un obstáculo insalvable.

“Sería muy positivo impulsar procesos de formación para jóvenes y contar con el apoyo del Ministerio de Agricultura para generar progreso en la comunidad”, señaló José Luis Amaya, coordinador de la Oficina de Desarrollo Rural.
 

 Los equipos de la Planta Procesadora de Tomates y Frutas se oxidan en una bodega del centro de Acopio de Ocaña.
Un desafío para la agroindustria local

Pedro Mauricio Yusti Blanco, gerente de la Federación de la Red de Productores del Catatumbo, explicó que un diagnóstico reciente confirmó la inutilidad de los equipos. “Los motores no funcionan, y actualizar la maquinaria sería más costoso que adquirir nuevos equipos”, indicó.

El deterioro de la planta no solo representa un desperdicio de recursos, sino también una pérdida para los agricultores de la región, quienes podrían beneficiarse de un centro que fomente la competitividad y la comercialización de sus productos.
 

Los equipos de la Planta Procesadora de Tomates y Frutas se oxidan en una bodega del centro de Acopio de Ocaña.
Intentos fallidos y recursos desperdiciados

La historia de esta planta está marcada por alianzas malogradas y recursos desperdiciados. A principios del siglo XXI, un convenio entre la Asociación de Municipios de la Provincia de Ocaña, el SENA y la Universidad Francisco de Paula Santander, con el apoyo de la Unión Europea, destinó 600 millones de pesos para reactivar el proyecto. Sin embargo, los fondos no lograron salvarlo, y algunos recursos incluso fueron devueltos.

“Logré encender la planta durante mi gestión, pero el proceso no continuó. Faltaron operarios, capital de trabajo y estrategias de comercialización”, afirmó Emiro Cañizares Plata, actual alcalde de Ocaña.
 

Los equipos de la Planta Procesadora de Tomates y Frutas se oxidan en una bodega del centro de Acopio de Ocaña.
Un espacio desperdiciado

Hoy, la maquinaria oxidada ocupa un espacio valioso en las instalaciones de Corponor, mientras la comunidad agropecuaria de Ocaña sigue esperando una solución. Expertos coinciden en que cualquier intento de reactivar la planta requerirá una inversión significativa, además de permisos sanitarios, modernización tecnológica y un plan integral de mercadeo.

A pesar de las dificultades, los líderes locales mantienen la esperanza de que este proyecto pueda transformarse en una herramienta clave para el desarrollo regional. Sin embargo, las décadas de abandono han dejado una lección clara: sin planificación adecuada ni apoyo institucional sostenido, los sueños agroindustriales corren el riesgo de quedar, una vez más, en el olvido.


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Los equipos de la Planta Procesadora de Tomates y Frutas se oxidan en una bodega del centro de Acopio de Ocaña.
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