Niños de la institución educativa La Salle adelantan un programa encaminado a salvar los humedales existentes en la Ciudadela Norte de Ocaña.
Los maestros de biología instruyen a los menores de edad para despertar ese espíritu investigativo y adoptar mecanismos para la protección del medio ambiente. Desarrollan un inventario de la fauna y flora existente en los alrededores de esas fuentes hídricas fundamentales para la conservación del ecosistema.
La profesora de ciencias naturales, bióloga Ofelia Meza Díaz, coordina las iniciativas de la institución educativa en materia ambiental. “A través del Proyecto Ondas se promueve el intercambio de conocimientos y saberes para motivar a niños y jóvenes sobre la conservación de los recursos naturales”, indicó.
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El grupo de investigación Raíces conformado por estudiantes de los grados sexto y séptimo, trabajan en la identificación y caracterización de los humedales aledaños. “El objetivo es preservar esos lugares para dar un buen uso. La estimulación temprana entre los niños de preescolar, primaria y bachillerato es primordial. No es quedarnos con la parte teórica, sino salir de las aulas de clases y mostrar que las ciencias naturales se aplican en todos los entornos”, dijo.
En tierra fértil
En ese proceso de formación ecológica todos juegan un papel fundamental para salvar los humedales. Inicialmente, se dictan charlas sobre la importancia de recolectar los elementos contaminantes y hacer un análisis para determinar si es apta para el consumo.
Con lupa en mano se adelanta el trabajo de campo en la recolección de hojas e insectos para observar en el microscopio.
Los investigadores
Iker Leandro Ortiz Téllez, de 12 años, sueña con ser un biólogo marino y explica a los jurados de la Feria del Emprendimiento los alcances del proyecto encaminado a conservar y cuidar los humedales, pues quedan pocos en Ocaña.
Primero hicieron pruebas de campo viendo la flora y la fauna, donde hicieron un insectario (colección de insectos vivos o disecados) ya que cumplen la función de la polinización, acabar con plagas y limpiar los espejos de agua.
También un herbario para la conservación de las plantas, útiles en el fortalecimiento de la cadena productiva en los alrededores.
De esta manera se analizó el humedal determinando el tipo de fauna y flora existente. “Un problema grande es la delimitación y se reporta la invasión de ganado, viviendas a su alrededor cuyas aguas negras contaminan el ambiente con los residuos sólidos, especialmente los plásticos. Queremos despejar la zona y los ganaderos retiren las vacas y caballos ya que acaban con plantas y microorganismos existentes en la jurisdicción como los agua gatos, los corronchos y otros animalitos”, agregó.
Los menores tocan las puertas del Acueducto Independiente de la Ciudadela Norte para determinar la calidad del agua, establecer si es potable para utilizarlo en menesteres de los residentes del barrio.
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Igualmente, reciben la asesoría de los ingenieros ambientales de la universidad Francisco de Paula Santander, seccional Ocaña, para determinar a través de los laboratorios de calidad del agua y el aire, el estado fisicoquímico del recurso hídrico.
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