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Ocaña
Ningún alcalde de Ocaña se interesa por la casona del molino
El emblemático predio es patrimonio histórico y cultural de Ocaña.
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Javier Sarabia Ascanio
Javier Sarabia
Lunes, 11 de Marzo de 2024

En vano han sido los esfuerzos de voceros cívicos de la región para restaurar la emblemática casona del molino utilizada para triturar el trigo, base de la economía durante la época de la Colonia en el municipio de Ocaña.

Con el paso del tiempo el inmueble ha sufrido un deterioro considerable ante la mirada indiferente de los gobernantes de turno, quienes no han querido “meterle el diente” para salvar esa reliquia del emporio comercial.

Hace 31 años el alcalde de ese entonces, Luis Eduardo Vergel Prada, mediante un decreto, declaró el bien como Patrimonio Histórico y Cultural del municipio de Ocaña con el firme propósito de canalizar recursos para la conservación.


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 En las tres décadas, voceros comunales del barrio La Costa han planteado iniciativas encaminadas a reactivar una ruta turística, pero la iniciativa no ha hecho eco entre los gobernantes de turno.

 El promotor cultural, Mario Castellanos Chinchilla logró incluir en el Plan de Ordenamiento Territorial el corredor que integra varios atractivos del municipio de Ocaña.

 “La propuesta será presentada a las mesas técnicas de trabajo donde se analizarán los planes de desarrollo del orden municipal y departamental para lograr la asignación de los recursos”, agregó.

 

 El molino es el   último vestigio de la arquitectura de tradición laica, industrial y de desarrollo económico de la región./ Foto: Archivo / La Opinión
 
Casona en ruinas

La idea de los cultores de la región es diseñar la ruta para integrar los sitios turísticos en el sur de la ciudad e impulsar ese renglón de la economía.


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El escritor ocañero, Raúl Amaya Álvarez, en sus años juveniles disfrutó de ese balneario donde funcionaron los baños públicos. “Los fines de semana hasta la década de los 70 la gente disfrutó de momentos de esparcimiento en el molino, ahora está convertido en un monumento a la desidia donde nadie quiere hacer una inversión costosa sin recibir mayores frutos”, mencionó.

 Aún permanecen algunas piedras de moler movidas por las aguas del río Tejo y vestigios del sistema hidráulico que funcionaban como los baños a principios del siglo pasado.

 El maestro censuró la apatía de los dirigentes e indicó que es difícil canalizar recursos para arreglar ese patrimonio de interés municipal, pues nadie le quiere hacer frente al abandono del lugar.

El molino es el   último vestigio de la arquitectura de tradición laica, industrial y de desarrollo económico de la región./ Foto: Archivo / La Opinión

 

Parque linear en veremos

El exalcalde de Ocaña, Luis Eduardo Vergel Prada, siempre ha insistido en la adecuación de un parque lineal para la conservación de los recursos naturales.


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“Hemos propuesto un parque temático lineal donde se integre el río Tejo que ha jugado un papel fundamental como epicentro industrial de la región. Además del molino de trigo, han funcionado fábricas de gaseosa, jabones y velas entre otras”, precisó.

Mientras que la Fundación Caro propone la creación de un eco-museo con un componente natural a través del sistema hídrico para articular el parque lineal, sin embargo, señalan que falta voluntad política.

 También existe la iniciativa de instalar un planetario, un observatorio astronómico o un centro interactivo de ciencia y tecnología, pero son solo ideas.

El molino es el   último vestigio de la arquitectura de tradición laica, industrial y de desarrollo económico de la región./ Foto: Archivo / La Opinión
 
Centro de Interpretación Cultural

El líder comunal del barrio La Costa, Mario Castellanos Chinchilla no da el brazo a torcer y sueña con la creación de un eje turístico y cultural para recuperar los espacios históricos del sur occidente de Ocaña.

 Está tocando las puertas del nuevo mandatario local, Emiro Cañizares Plata, para buscar recursos encaminados al diseño y construcción del Centro de Interpretación Cultural, Agrícola, Industrial y Comercial de la región.


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“El equipamiento cultural ayuda a promover un buen ambiente de aprendizaje creativo para recuperar la memoria del sector calificado por la Academia de Historia como el lugar de más aportes al progreso y desarrollo de la zona”, añadió.

 La iniciativa está encaminada a rescatar la edificación antes de que se desplome, ya que simboliza el aporte al comercio de la provincia de Ocaña mediante una estructura con muelas de piedras movidas por las aguas del río Tejo.

 

El molino es el   último vestigio de la arquitectura de tradición laica, industrial y de desarrollo económico de la región./ Foto: Archivo / La Opinión

 

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