Las primeras precipitaciones pronosticadas por el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (IDEAM) debido al Fenómeno de la Niña ocasionan emergencias en los barrios ubicados en las zonas de alto riesgo del municipio de Ocaña, según reportan los organismos de socorro.
El coordinador de la Oficina de Gestión de Riesgos y Atención de Desastres, Fernando Sánchez Barbosa, manifestó que se encuentra activada la alerta amarilla debido a la época invernal que se extenderá hasta el mes de mayo.
El funcionario invita a los presidentes de las Juntas de Acción Comunal (JAC) a revisar los planes de contingencia para evitar tragedias de grandes proporciones en cada uno de los sectores, tanto de la zona rural como urbana.
Los torrenciales aguaceros han ocasionado inundaciones de viviendas en los barrios La Zaranda, Las Mercedes, Santa Cruz, El Líbano, Santa Ana y Santa Marta a raíz del taponamiento de los sistemas de desagües donde fue necesaria la intervención de los socorristas de la Defensa Civil y el Cuerpo de Bomberos Voluntarios.
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Una motocicleta fue arrastrada por las aguas y rescatada posteriormente en el barrio Santa Clara de esta localidad.
A raíz del fenómeno climático, la Oficina de Gestión del Riesgo entrega recomendaciones a la ciudadanía con el fin de prevenir una emergencia.
“No arrojar basura a las calles es primordial para que el alcantarillado no se tapone y el agua lluvia pueda circular sin ningún problema, evitando las inundaciones de las viviendas”, dijo Sánchez.
Igualmente, tapar con plástico aquellas zonas propensas a deslizamientos, así en el momento de presentarse la lluvia, el terreno no se va a ver afectado con posibles erosiones.
“A las personas que viven cerca de ríos o quebradas, se les invita a estar muy atentos al aumento del caudal, en caso de desbordamiento se debe evacuar inmediatamente hacia un lugar seguro. Desde el Gobierno Municipal se ha implementado el Equipo de Respuesta Inmediata (ERI), quien trabaja de la mano con bomberos y los organismos de socorro, para atender cualquier emergencia que pueda presentarse en la ciudad”, recalcó Sánchez.
Esa dependencia cuenta con el mapa de riesgo de las zonas más vulnerables para una posible reubicación a un sitio seguro. “Contamos con las estaciones meteorológicas donde se hace el monitoreo durante las 24 horas del día, todos los días de la semana para dar aviso a los organismos de socorro quienes diseñan un plan de evacuación”, agregó.
También deben revisar el estado de los techos de las viviendas y asegurarlos para evitar que sean levantados por los fuertes vientos.
“La falta de mantenimiento en las cunetas y los sistemas de desagües hace que las tuberías colapsen y se aneguen las viviendas ubicadas en la parte baja. Asimismo, los ribereños de la quebrada El Tejar y el río Tejo deben estar alertas ante un posible desbordamiento. A las personas que se abstengan de construir en las rondas de los afluentes que siempre buscan el cauce normal”, detalló Sánchez.
Indicó que, deben tener suma precaución con las aguas escorrentías en zona de ladera ante posible agrietamiento de las paredes de las viviendas. “Extender plásticos sobre las superficies afectadas por posibles deslizamientos de tierra y así evitar tragedias que lamentar”.
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La secretaría de Planeación acompaña los operativos para suspender aquellos movimientos de tierra de proyectos urbanísticos de gran magnitud, mientras avanza la ola invernal ya que arrastra mucha sedimentación taponando los sistemas de desagües.
La líder comunal del barrio El Líbano, Érika Caselles, indicó que permitieron el paso vehicular por un tramo aledaño mientras instalaban una tubería, pero fue peor el remedio que la misma enfermedad, pues ahora las aguas inundan las casas vecinas.
“Levantan una infraestructura sin hacer un análisis y ahora las casas se inundan y prácticamente todas las cosas están perdidas”, explicó Caselles.
El sargento Yefrey Peñaranda, comandante del Cuerpo de Bomberos de Ocaña, recomienda la limpieza de las tuberías y no arrojar basuras a las calles, lo que puede generar taponamientos.
Además, estar pendientes de las goteras que afectan las cubiertas especialmente de las viejas casonas. También se adelanta el monitoreo en aquellas viviendas que presentan agrietamientos por estar en zonas de alto riesgo.