La Procuraduría Provincial de Juzgamiento de Ocaña suspendió por 12 meses al concejal Deiby Alberto Arias Quintero por violencia intrafamiliar en contra de su pareja sentimental, Ingrit Johana Espejo Capella, en hechos ocurridos el 7 de mayo de 2021.
 
En ese entonces, los familiares dieron a conocer públicamente la agresión física contra la mujer e instauraron la demanda debido a las secuelas psicológicas causadas por el hoy concejal.
 
El ente investigador obtuvo información de la Policía Nacional, a través un correo electrónico, en donde los agentes de vigilancia comunitaria por cuadrante atendieron el llamado de auxilio de los vecinos y reportaron el caso ocurrido en el barrio de San Agustín de Ocaña.

En ese entonces, Arias manifestó que “hicieron un show de una discusión, como si todos en algún momento no lo hayan tenido, en fin, la hipocresía”, situación que generó molestia por parte de diversos sectores sociales y grupos en pro de los derechos de las mujeres.
 
Semanas después, se ordenó el arresto del servidor público, a pesar que el concejal había solicitado al Instituto de Medicina Legal la valoración médica para ser tenido en cuenta como víctima dentro del proceso para lo cual aportó el dictamen.

Días después recuperó la libertad y fue reelecto concejal de Ocaña por el Partido de la U, generando desazón entre los movimientos feministas. 
 
Durante las sesiones ordinarias del mes de mayo pasado fue escogido por los compañeros como presidente de la Corporación para la vigencia 2026, lo que desencadenó una andanada de improperios en su contra.

Arias anunció que apelará la decisión de primera instancia ante un Comité de Instrucción en Bogotá por estar activo en el cargo y calificó como una persecución política. “Tengo la conciencia tranquila, es algo rastrero, estoy cansado de los chantajes por parte de los enemigos porque no me presto a componendas”, indicó.

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Asegura que tiene pruebas suficientes para presentarlas en la audiencia preparatoria al juicio de la Fiscalía General de la Nación.

“Estoy luchando contra un monstruo” 

La ingeniera civil Ingrid Johana Espejo Capella, por razones de seguridad se encuentra resguardada en algún lugar de Colombia, siguiendo las audiencias virtuales y clamando justicia en contra de “un monstruo que se le atravesó en la vida”.
 
“Hay una pequeña luz en el oscuro camino con ese fallo, pero no descansaré hasta verlo en la cárcel, ya que ese hombre arruinó mi vida”, manifestó la profesional de la ingeniería en medio de severas crisis nerviosas que padece.
 
“Estoy viviendo una pesadilla desde hace 4 años y espero justicia para imponer una condena justa y que triunfe la verdad en medio de las mentiras que profiere para dilatar el proceso en busca de la prescripción”, confiesa la mujer de 28 años de edad.

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En su afán de defenderse Arias asegura que nunca convivió con ella y supuestamente tiene pruebas de una aparente agresión en su contra. “Eso es falso, vivimos bajo el mismo techo 4 meses y 9 días, ya no lo aguantaba más por los celos enfermizos, muy dominante, siempre llegaba borracho y me afectaba emocionalmente”, recalcó.

Poseído por el demonio 

El viernes 7 de mayo de 2021, los compañeros de trabajo de la secretaría de Vías, Infraestructura y Vivienda organizaron una integración a donde acudió la ingeniera, previa concertación con su pareja sentimental quien se comprometió a recogerla en una vivienda ubicada en la vía que conduce hacia la granja El Algodonal de la universidad Francisco de Paula Santander, seccional Ocaña.
 
“Nunca apareció, le marqué varias veces, le dejé el mensaje y como estaba cansada una amiga se ofreció y me trajo al apartamento. Me acosté y cuando estaba conciliando el sueño, ingresó como una fiera, me golpeó en repetidas ocasiones, de manera violenta intentó el acto sexual y al final me agarró del cuello para asfixiarme, mis gritos alertaron a los vecinos y al verse descubierto, me soltó. Llegó la policía, entré en un shock nervioso y me refugiaron en otra casa”, narra la mujer con la voz entrecortada.

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Después, los familiares me llevaron a Medicina Legal para entregar los testimonios, con la sorpresa que el atacante no fue privado de la libertad. Ante la presión social, posteriormente fue capturado y estuvo dos meses tras las rejas. 

Batalla por quitar la máscara

“Quiero que se haga justicia en lo penal y no se dilate más la situación porque ese señor me destruyó la vida, desde ese momento salí de Ocaña y temo volver”, reiteró.
 
Expresó su malestar por la lentitud de los procesos y espera que el 9 de julio del presente año se acopien las pruebas en la audiencia preparatoria para el juicio final.
 
“Es increíble el poder que tiene ese hombre, quien a pesar del rechazo generalizado se atrevió a presentar su candidatura al concejo por el Partido de la U, que no lo ha expulsado de la colectividad, y salió electo. Además, fue escogido como presidente de la Corporación para la vigencia 2026. Con qué cara va a tomar las riendas y qué falta de ética de los compañeros al votar por una persona inmersa en un proceso penal. Eso no tiene presentación. Esa máscara se la voy a quitar yo”, agregó.
 
El abogado defensor, Ronald Jesús Sanabria Villamizar, manifestó que la suspensión de la Procuraduría está muy bien porque se sienta un precedente por el comportamiento privado de un servidor público. “Ahora viene la audiencia preparatoria para acopiar las pruebas y realizar el juicio, antes que prescriba el proceso. Lo más probable es que se condene y ese delito está entre los 6 a 10 años de cárcel”, explicó el profesional del derecho.
 
Arias aduce que la compañera era muy celosa y lo hizo en defensa propia y además no vivían juntos, esos aspectos serán analizados. 

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“Espero, un fallo justo por respeto a la dignidad de la mujer, ya que en Colombia la tasa de maltrato es bastante alta y no se puede permitir ese fenómeno social”, recalcó el abogado defensor de Espejo.

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