Los mandatarios locales dicen que no cuentan con recursos necesarios para el mantenimiento de la malla vial, por lo que solicitaron la ayuda de la Unidad Nacional de Gestión del Riesgo y Atención de Desastres.
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Tras las lluvias de las últimas semanas, se ha dejado ver que en precarias condiciones se encuentran las arterias terciarias de los municipios de Ocaña, Teorama, Convención, San Calixto, Hacarí, El Carmen, La Playa de Belén y El Tarra.
Algunos alcaldes de esta subregión nortesantandereana cuentan con banco de maquinaria, pero se quedan cortos ante la magnitud del problema y requieren el apoyo del gobierno departamental.
Ante los efectos de la ola invernal, los organismos de socorro adscritos a las Oficinas de Gestión del Riesgo activaron los planes de contingencia y adoptaron estrategias de prevención con el fin de mitigar emergencias.
Teniendo en cuenta los pronósticos del Ideam, el gobernador Silvano Serrano Guerrero declaró la calamidad pública en Norte de Santander.
Ese mecanismo servirá para que los alcaldes puedan hacer traslados presupuestales y conjurar la crisis presentada por las fuertes precipitaciones que hasta el momento ha cobrado la vida de tres personas.
Los mandatarios actualmente coordinan con los presidentes de las Juntas de Acción Comunal los planes de contingencia para evitar tragedias ante las crecientes súbitas de los caudales de los ríos, agrietamiento de las paredes, deslizamientos de tierra, taponamiento de desagües y avalanchas.
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Los funcionarios de las administraciones municipales hacen el monitoreo constante y las inspecciones en la fase de mitigación con el fin de reducir los riesgos.