Un campanazo de alerta recibe los habitantes del barrio La Esperanza de Ocaña, ante el hundimiento de las calles a raíz del deterioro de las tuberías, por lo que hacen un llamado a la administración municipal para que atienda de manera inmediata esta situación.
El secretario de Vías, Infraestructura y Vivienda, Gustavo Castilla Vergel se reunió con los líderes y acordó una revisión técnica con la Empresa de Servicios Públicos (ESPO), para determinar las acciones a seguir.
“Las tuberías tienen más de 60 años de uso y se requiere la reposición para evitar que colapsen las viviendas que presentan humedad en las paredes”, indicó el presidente de la Junta de Acción Comunal, Jonathan Fernando Guerrero Navarro quien solicitó celeridad en la reparación, ya que la ola invernal puede agravar la situación.
Piden con urgencia el cambio de las tuberías de los sistemas de acueducto, alcantarillado e incluso pluvial.
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El coordinador del área físico-operativa de la ESPO, Yohel Quintero visitó la zona afectada y levantó un diagnóstico para solventar el problema de manera articulada con la Secretaría de Vías, Infraestructura y Vivienda.
Alarmas encendidas
La preocupación ronda la mente de los habitantes del populoso sector, quienes observan de manera impotente el deterioro de la calzada ante la falta de mantenimiento de los sistemas de desagües.
Y es que la semana pasada, un vehículo recolector de basuras adscrito a la ESPO venció la losa y quedó atascado en plena calle principal poniendo en riesgo a propios y visitantes.
El líder social Armando Galeano Quintero alertó, pues señala que no basta con instalar las cintas de prevención, ya que el pavimento se encuentra socavado y reviste mucho peligro.
“El sábado a unos niños se les cayó un balón, trajeron una escalera y se metieron a rescatarlo sin medir las consecuencias. Si ocurre una tragedia, los directos responsables son los funcionarios que ya fueron avisados”, mencionó.
Los vecinos temen quedar incomunicados con el resto de la ciudad, pues podrían perder la única vía de acceso. “Por debajo ya no hay tierra, el pavimento está en el aire, las calzadas en mal estado y la temporada de lluvias no da tregua. Siempre que la empresa ESPO desocupa los tanques de almacenamiento en El Llanito esa agua sale al barrio y las alcantarillas debido las bajas dimensiones se rebosan, corren por las calles y por ende el deterioro”, agregó el líder.
A través de un comunicado, los vecinos hicieron una petición respetuosa y concreta para definir en forma concertada las posibles alternativas de solución y que los trabajos no se conviertan en obras de mitigación.
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“Se requieren acciones inmediatas y certeras en aras de solventar un problema de muchos años, antes que colapsen las viviendas por la acción de la ola invernal”, reiteran los voceros comunales quienes reclaman prontitud y que se ejecuten obras de calidad y no por superar la emergencia momentáneamente.
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