“Se oyó a nuestra espalda. Fue terrible para los niños quienes gritaron ‘Nos van a matar, mamá’ y de inmediato los alcé en mis brazos”, así fue como una habitante del barrio La Conquista narró esos instantes de pánico que vivieron el viernes, hacia las 4:00 de la tarde, justo cuando el helicóptero que transportaba al presidente de la República, Iván Duque, y una comitiva, que venían de Sardinata, trataba de aterrizar en el aeropuerto internacional Camilo Daza, de Cúcuta.
Las ráfagas de fusil, según contaron varios vecinos de este humilde sector, se escucharon tan fuertes, que retumbaron en cada rincón de este barrio que colinda con la terminal aérea, interrumpiendo todos los quehaceres de quienes viven ahí.
Una mujer y su esposo, quienes también sintieron de cerca el ataque, salieron corriendo a resguardarse detrás la puerta de entrada, sin importar que esta fuera de madera, mientras el miedo los carcomía en aquel reducido espacio.
“Nuestra casa es de tablas y en ese momento solo pasaba por mi mente que entraría una bala. Las preguntas de mis hijos, de 5 y 7 años, sobre qué pasaba, no tenían respuesta de mi parte, solo los abrazaba para que se tranquilizaran, la verdad ni yo sabía que ocurría”, sostuvo la angustiada mujer, quien ayer, cuando daba su testimonio a La Opinión, aún seguía preocupada.
Otro habitante de este lugar, en el norte de Cúcuta, también narró que su siesta acabó violentamente, al escucharse esas ráfagas de fusil.
“Eso fue horrible. Estaba sentado en el corredor y corrí para dentro y como no paraban los disparos, me tiré al piso y recé”, dijo el hombre, de 56 años.
Otra mujer, que a la hora del ataque, caminaba cerca de la malla de seguridad del aeropuerto, por el barrio Camilo Daza, sostuvo que al escuchar los disparos, salió corriendo hacia su casa.
“Recuerdo que volteé a mirar y vi el avión presidencial, yo soy muy creyente y solo pedí que les guardaran la vida. En mi barrio hay bandidos, eso no es oculto para nadie, pero este hecho es un ataque de etiqueta mucho mayor. Las autoridades tienen que investigar”, señaló la mujer.
Y así como estos testimonios, son muchos los habitantes de este humilde sector que hoy cuentan cómo vivieron esos momentos de pánico durante el ataque a la aeronave donde iba el presidente Duque con los ministros del Interior, Daniel Palacios, y de Defensa, Diego Molano; el gobernador de Norte de Santander, Silvano Serrano, al alcalde de Cúcuta, Jairo Yáñez, y otros funcionarios.
Todos ellos regresaban de Sardinata, donde estuvieron todo el día en una jornada en el marco del programa Paz con Legalidad en el Catatumbo Sostenible.
Más testimonios
Minutos después de que los habitantes de La Conquista trataban de calmarse por lo sucedido y se conocía del atentado contra el mandatario de los colombianos, una llamada de un informante alertaba al cuadrante de la Policía Metropolitana de Cúcuta (Mecuc) de esa zona, que desde allí habrían disparado contra el helicóptero.
En cuestión de minutos, el lugar se llenó de patrullas y comenzaron a inspeccionar el sector, encontrando el punto exacto desde donde dispararon, que fue en un lote baldío.
“Ellos llegaron y la gente les indicó el punto de donde escucharon las ráfagas, que es una zona boscosa. Se supo que vieron huir a tres hombres, pero nadie confirmó sus prendas de vestir o características, no pudieron hacer mucho”, dijo un testigo.
La investigación
En ese lugar, que se llenó de investigadores de la Policía y Fiscalía para encontrar pistas de este ataque, hallaron dos fusiles: un AK-47 y un Fal 7-62, así como 20 vainillas y 5 proveedores.
Las autoridades también recolectaron testimonios y realizaron dos allanamientos en ese barrio humilde de Cúcuta, tratando de encontrar los responsables, pero nada pudieron hacer, pues quienes dispararon tuvieron tiempo hasta de cambiarse de camisas.
Versiones extraoficiales señalaron que eran dos hombres que llegaron después de mediodía a ese punto, que está a 1.200 metros de la cabecera de una de las pistas de aterrizaje del aeropuerto internacional.
Tras permanecer dos horas, sin despertar alguna sospecha, los desconocidos al ver que venía el helicóptero 007 de la Fuerza Aérea Colombiana (FAC), que era donde transportaba al presidente Duque y parte de su comitiva, comenzaron a disparar, impactándolo en cinco oportunidades.
Según una fuente judicial, los hombres aprovecharon que en ese punto el helicóptero bajó su altura para comenzar a hacer las maniobras de aterrizaje, para cometer el ataque, pero lo que no se explica qué pasó con las otras aeronaves que escoltaban el helicóptero presidencial, que no reaccionaron ante el hecho.
“Este fue un ataque de oportunidad, no tenían nada planeado, por eso, una vez cometen el hecho, abandonan las armas y demás cosas que tenían y se van tranquilamente del lugar. Lo que se cree es que se cambiaron las camisas para no despertar sospechas y muy posiblemente un carro los estaría esperando sobre el Anillo Vial Occidental para sacarlos”, indicó la fuente.
También se conoció por parte de otra fuente judicial que un grupo de investigadores adelantan entrevistas al personal de seguridad y a quienes iban a bordo de la aeronave impactada y utilizan drones para reconstruir este hecho histórico en la capital de Norte de Santander.
Ayer, las pesquisas de los expertos de la Seccional de Investigación Criminal y del Cuerpo Técnico de Investigación, continuaban, pues no querían dejar por fuera ninguna pista sobre el ataque armado.
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