Premio mayor
La primera dosis fue administrada el 13 de diciembre; la segunda, el 3 de enero. La mayoría de las especies fueron vacunadas sin necesidad de ser anestesiadas, tras un largo proceso de aprendizaje a base de estímulos.
"Es un proceso bien largo pero a la vez bien bonito", explica Esteban Idalsoaga, jefe del Departamento de Bienestar animal del zoológico.
"Cuando son conductas bien complicadas como una inyección, donde ya sabemos que van a tener una molestia o van a sentir el pinchazo, el premio tiene que ser más grande que la molestia", explica.
A Charly lo entrenaron dándole en la boca una buena porción de carne fresca. A Sandai le ofrecieron grandes cantidades de plátanos, su comida favorita.
El entrenamiento -que en el caso del tigre Charly demoró unos seis meses- se inició al principio tocándole el muslo con un lápiz, para luego usar una púa de puercoespín, sin atravesar la piel. Todo para no anestesiarlos.
"Están viviendo bajo cuidado humano pero le damos la opción de elegir en la mayoría de las cosas de su vida (...) y también se ahorra el riesgo de la anestesia, que es un riesgo alto", agrega Esteban Idalsoaga.
En el Buin Zoo no se han reportado casos de animales infectados, pero en Estados Unidos, seis leones africanos, un tigre de Sumatra y dos siberianos del zoológico de Washington fueron tratados tras dar positivo a la COVID-19 a mediados de año.
Los cuidadores del recinto observaron disminución del apetito, tos, estornudos y letargo en seis leones africanos, un tigre de Sumatra y dos tigres siberianos.
Antes, gorilas del zoológico de Atlanta, Georgia, dieron también positivo al coronavirus.