El expresidente ucraniano Petro Poroshenko regresó este lunes a su país, a pesar de la amenaza de ser detenido por "alta traición", un caso que podría provocar una crisis política interna en medio de tensiones con Rusia.
Su vuelo aterrizó por la mañana en el aeropuerto Sikorsky de Kiev procedente de Varsovia. Poroshenko, que llevaba un mes fuera de Ucrania, pasó el control de pasaportes a toda prisa, alegando después que los guardias fronterizos habían intentado no dejarle entrar.
Tras un breve discurso ante varios miles de sus partidarios reunidos frente al aeropuerto, Poroshenko se dirigió a un tribunal de Kiev para una audiencia en la que se decidirá si se decreta la prisión preventiva del exjefe de Estado y opositor al presidente Volodimir Zelenski.
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Las autoridades "nos tienen mucho miedo", dijo Poroshenko. "Han dirigido todos sus esfuerzos no a la protección del Estado contra el agresor [ruso], sino a la lucha contra la oposición", afirmó ante un millar de sus partidarios delante del tribunal.
Acompañado de sus abogados y varios diputados en la sala del tribunal, el exmandatario acusó además a las autoridades de favorecer a Rusia con las acusaciones en su contra.
El enemigo "quiere vencernos desgarrando a nuestro país y sembrando el conflicto", declaró.
El principal oponente
Poroshenko acusa a su sucesor de haber ordenado su enjuiciamiento para "desviar la atención" de los verdaderos problemas del país.
El expresidente de 56 años es el principal rival del actual mandatario y uno de los hombres más ricos de Ucrania.
Las autoridades sospechan que durante su presidencia tuvo vínculos comerciales con los separatistas prorrusos del este, lo que constituiría un acto de "alta traición".
El enfrentamiento se produce mientras Ucrania teme una invasión de su vecina Rusia, que lleva meses concentrando tropas y blindados en sus fronteras.