La reina Isabel II animó a sus compatriotas británicos a vacunarse contra la COVID-19 y les explicó que el pinchazo no "le dolió en absoluto" y que hay que "pensar en los demás".
La monarca de 94 años dijo que se había sentido "protegida" tras haberse vacunado en enero, al igual que su esposo, el príncipe Felipe, de 99 años. Hizo estas declaraciones durante una videollamada el martes pasado con responsables sanitarios a cargo de la campaña de vacunación en las cuatro naciones constitutivas del país (Inglaterra, Escocia, Gales e Irlanda del Norte).
Más de 18 millones de personas han recibido la primera dosis de la vacuna contra la COVID-19 en el Reino Unido, donde la campaña de vacunación comenzó en diciembre.
El gobierno se propone que todos los adultos hayan recibido al menos una dosis de la vacuna para finales de julio. La tasa de aceptación de la vacunación es muy alta, de alrededor el 90%, pero algunas minorías son reticentes.
Cuando se le pidió que contara su experiencia con la vacunación, la monarca contestó que había sido "muy rápido".
"Fue muy rápido y recibí muchas cartas de personas que se han sorprendido mucho de lo fácil que fue recibir la vacuna. Y el pinchazo no dolió en absoluto", dijo, citada por el palacio de Buckingham.
"Obviamente es difícil para las personas si nunca se han vacunado (...) pero deberían pensar en los demás más que en sí mismas", dijo la reina, quien comparó el coronavirus con una "peste" que arrasa el mundo.
Su hijo mayor, el príncipe Carlos, que fue infectado con el virus el año pasado, se vacunó, al igual que su esposa Camila.
El príncipe Guillermo, nieto de la reina, declaró el lunes que estará "en primera fila" para recibir la vacuna para demostrar que es segura, pero "esperará (su) turno".