Un solo disparo en la cabeza fue suficiente para acabar con la vida de Vladimir Álvarez Claro, cuya muerte tiene dos hipótesis principales de forma preliminar para los investigadores, pues el hecho sigue siendo muy difuso.
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Lo poco que se sabe de Vladimir es que sus últimos momentos estuvieron cargados de tensión y adrenalina, pues ayer, 18 de noviembre, sobre las 11:45 de la mañana, cuando transitaba en moto por las calles de la ciudadela La Libertad, la muerte empezó a seguirle el rastro en forma de ‘los jinetes de la muerte’.
Dos hombres, que se movilizaban en dos motos negras, ambos con cascos del mismo color, lo perseguían.
Uno de ellos iba en una Suzuki GN, el otro en una Boxer, andaban a alta velocidad y a pocos metros de distancia hasta que identificaron el vehículo de Vladimir, una moto tipo señoritera, azul, placa YEN 90G.
Como si fuera uniformado, el hombre vestía una camiseta de fútbol y una sudadera del mismo color, pero ante los ojos de los criminales, era el ‘blanco’ de sus oscuras intenciones. Pues empezaron a perseguirlo por varias calles, en las que Vladimir aceleró el motor, pero no pudo escapar.
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Al llegar a la calle 19 entre avenidas 5 y 6, del barrio Santa Teresita, finalmente fue alcanzado. Un apretón de gatillo y su vida se apagó para siempre. Él recibió el impacto a la altura de la oreja izquierda, que lo dejó sin signos vitales y tendido en el asfalto.
Relatan los vecinos del sector, que fue el conductor de la Boxer quien le disparó, y además luego lo despojó de una cadena de oro, por lo que en primer lugar fue reportado como un caso de homicidio por hurto.
Los criminales escaparon con rumbo desconocido, mientras que algunos curiosos salieron, teléfono en mano, para grabar la escena antes de la llegada de las autoridades.
“Hay mucha inseguridad en Cúcuta, lo mataron por robarlo, esto está pero feísimo”, decía un hombre en medio de una grabación, quien además puntualizaba un dato curioso, la moto no fue robada.
Por este motivo, se abrió otra hipótesis policial, la del cobro de una presunta deuda que habría salido mucho más costosa del monto inicial, misma que habría sido saldada con la cadena y la vida de Vladimir. El caso sigue en indagaciones.
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