José Gregorio Bravo Ureña fue asesinado el 26 de agosto de 2020 en la vereda Punta de Palo, de Tibú. Ese día la víctima no pudo ser identificada. Dos años y dos meses después, la Policía de Norte de Santander, junto con la Fiscalía, capturó a uno de los presuntos homicidas.
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El detenido es Wilmer Alexander León Useche, alias ‘Yeison El Especial’. Según el reporte judicial, este hombre, junto con otras personas, se llevó forzosamente a Bravo Ureña hasta la zona rural de ese municipio del Catatumbo, para dispararle hasta verlo morir.
Lo que determinaron las investigaciones adelantadas por las autoridades, es que el capturado, presuntamente, haría parte del Eln, específicamente del frente Juan Fernando Porras. Además de estar señalado de participar en ese homicidio, también lo vincularon con la compra de pasta de coca y el cobro de extorsiones a comerciantes de Tibú y Sardinata.
Por esa razón, una vez los investigadores de la Sijín, de la Policía de Norte de Santander, junto con unidades de la Fiscalía, recopilaron el material probatorio le pidieron a un juez avalar la orden de captura y así planearon el operativo para detenerlo.
‘Yeison El Especial’ fue aprehendido por homicidio agravado, rebelión y concierto para delinquir con fines de homicidio, extorsión y tráfico de estupefacientes.
El hombre, una vez fue abordado por las unidades policiales en Tibú, fue trasladado hasta la Unidad de Reacción Inmediata (URI) de la Fiscalía en la capital nortesantandereana para adelantar el proceso judicial en su contra.
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Después de ser presentado en las audiencias de legalización de captura, imputación de cargos y medida de aseguramiento, un juez decidió enviarlo a la Penitenciaría de Cúcuta, en donde será recluido mientras avanza el juicio.
El miedo en Punta de Palo
Por el asesinato de José Bravo todavía faltan más personas por ser judicializadas, según lo que se conoció en la investigación de la Fiscalía, la víctima fue trasladada forzosamente hasta la vereda Punta de Palo, en cercanías al río Sardinata, por varios hombres que lo balearon en distintas oportunidades, a las 9:30 de la noche de ese 26 de agosto de 2020.
Al otro día, la comunidad alertó a las autoridades del crimen, sin embargo, debido a la compleja situación de orden público en ese sector del Catatumbo, una funeraria fue la responsable de trasladar el cadáver hasta una instalación policial para que la Policía adelantara la inspección técnica del cadáver.
En ese momento, la víctima fue encontrada en un camino de tierra de la vereda, con un pantalón yin negro, una camisa azul oscuro y no tenía zapatos.
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