Con el corazón roto quedaron los allegados de Julián Rueda Pérez, el joven de 25 años de edad, que representa la más reciente adición a la lista de víctimas de ataques armados en el Centro Comercial Bolívar.

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Aquel sitio que parecía representar el ambiente perfecto de Juli, como era conocido por sus seres queridos, también fue el escenario de muerte, pues en la madrugada de ayer, 19 de noviembre, pasada la una, un pistolero acabó con su vida en ese sitio.

Sucedió adentro de uno de los tantos establecimientos comerciales que adornan este complejo punto de la ciudad, y aunque resultó herido, fue trasladado a un centro asistencial, donde le brindaron los primeros auxilios, pero nada pudieron hacer.

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Poco después se confirmó su muerte, el tercer homicidio en este sector en los últimos seis meses, todos de características similares: jóvenes asesinados con arma de fuego a altas horas de la noche.

La investigación sigue su curso y se busca establecer el móvil detrás del hecho, mientras que sus allegados tomaron con desconsuelo el asesinato de una persona enamorada de las motocicletas y que había pasado muchas noches en discotecas, algunas veces ejecutando una de sus pasiones como DJ, y en otras ocasiones como cliente.

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