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Lo mataron en un taller de motos en Aguaclara
Diosenel Ramírez fue asesinado en la zona rural de Cúcuta, delante de varias personas.
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Viernes, 24 de Septiembre de 2021

Ni las autoridades ni la familia de Diosenel Ramírez Albarracín tenían una explicación clara sobre su asesinato, pues al joven de 18 años jamás lo vieron con malas juntas o se enteraron de que tuviera algún problema o amenaza para que lo mataran.

Y por eso, ayer, en ese punto que está casi a la salida del corregimiento Aguaclara, en la zona rural de Cúcuta, el ambiente era desolador, desconsolado y silencioso. En medio de las lágrimas y del dolor de ver a Diosenel sin vida, tendido en la entrada del taller de motos que está al lado de su casa, sus familiares cubrieron el cuerpo con una sábana, a la espera de que las autoridades judiciales acordonaran el lugar e hicieran la inspección técnica.

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El papá de la víctima, Tulio Ramírez, quien es un pastor cristiano y mecánico, ayer buscaba alguna explicación para entender por qué asesinaron a su hijo, pues aseguró que el muchacho nunca tuvo amenazas o enemigos, por eso no sabe qué llevó a que le disparan.

“A eso de las 9:30 de la mañana escuché el disparo, minutos antes, Diosenel estaba en nuestra casa preguntando por un caucho, para arreglar una moto en el taller de enseguida, pero ninguno de mis repuestos le sirvieron y se marchó, esa fue la última vez que lo escuché. Al salir de mi casa por el estruendo, solo alcancé a ver al asesino corriendo con el arma en la mano”, dijo Ramírez.

Los familiares en medio del dolor, señalaron que a Diosenel Ramírez lo confundieron con alguien más, “porque la vida del muchacho era trabajar como agricultor en cultivos de arroz y reparar motocicletas”, sostuvo uno de los allegados de la víctima.

Diosenel Ramírez era un muchacho muy sano.

La inspección judicial

Hacia la 1:30 de la tarde, un grupo de policías que acompañaba a las unidades de la Brigada Interinstitucional de Homicidios (Brinho) llegó al sitio donde se registró el crimen para prestar la seguridad, mientras que los peritos forenses adelantaban la inspección.

Luego de una hora, el cadáver fue recogido y trasladado a Medicina Legal, además, los investigadores pudieron recopilar algún material que les servirá para identificar al presunto asesino.

Lo que se conoció fue que dos hombres que venían en una moto por la vía a la vereda Los Cámbulos, se estacionaron a unos metros del taller donde estaba la víctima y el parrillero se bajó.

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El desconocido se pareó frente a Diosenel Ramírez, sacó una pistola y le disparó en la cara, una vez observó que cayó agonizante al piso, se devolvió y se subió en la motocicleta, para huir con su cómplice por la misma vía en la que llegaron.

Según los testimonios recogidos por la Policía, el homicida es de descendencia afro y contextura delgada, que llevaba puesta una camisa negra y yin.

El terror no acaba

La oleada de violencia continúa sin dar tregua en la zona rural de Cúcuta, donde se vienen registrando constantes asesinatos y sin que las autoridades puedan capturar a los responsables directos.

Los grupos al margen de la ley siguen en esa guerra que día tras día deja más víctimas, los ataques se dan a cualquier hora del día o de la noche.

Muestra del dolor que hoy se vive en Aguaclara, fue lo ocurrido ayer con el asesinato de Ramírez. Además, a unas cuadras de donde quedó el cadáver del joven, se llevaba a cabo las honras fúnebres del pescador Gilberto Hernández, quien fue asesinado hace tres días en Puerto Santander, con un desfile de vehículos por la vía principal.

Las autoridades no tienen pistas de los asesinos.

Un joven sin problemas

Su familia, abiertamente cristiana, sostuvo que Diosenel Ramírez era un joven de comportamientos sanos, amigos tranquilos y trabajo duro.

El último año, confirmó su papá, solo salía de su casa a trabajar o a pasar tiempo con su novia, con la que mantenía una relación de tres meses.

Luego de cumplir la mayoría de edad, en febrero de este año, él se presentó al servicio militar, sin embargo, por exámenes médicos no fue catalogado como apto y siguió trabajando en el taller, mientras volvía a ser temporada de cultivos de arroz.

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