Risas, burlas y murmullos fueron las distracciones que utilizaron Jean Carlos Ríos Contreras, de 24 años, oriundo de Tibú, y Juan Carlos Torres Rojas, de 42, natural de Convención, para no despertar sospechas, cuando vieron venir a una patrulla de la Policía Metropolitana de Cúcuta (Mecuc).
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Pero de nada les sirvió, pues los uniformados al observarlos decidieron requisarlos e identificarlos y fue en ese momento que les hallaron los dos controles de activación de una caja bomba que estaba en su poder, en el barrio Palmeras (parte baja), de la ciudadela Juan Atalaya.
El caso se dio antes de las 2:00 de la madrugada de ayer, en la manzana 45 lote 22, de este sector, los policías adscritos al CAI Kennedy, se percataron de la presencia de los dos hombres en una de las calles desoladas, por lo que de inmediato los interceptaron.
“Yo escuchaba las risas y se oían voces, pero como acá es de costumbre que se reúnan muchachos a consumir drogas, pues no le di importancia y seguí viendo televisión, pero de repente, vi la patrulla de la Policía y ahí me asusté y me escondí a dormir”, dijo una vecina del lugar.
A medida de que avanzaba la inspección de los uniformados, la situación se puso más tensa, cuando a uno de los sospechosos le hallaron dos controles de alarma para vehículos. En ese instante, los policías se percataron de que frente a ellos había una caja, lo que generó grandes dudas de que podrían estar frente a una bomba.
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Los uniformados de inmediato capturaron a Ríos y a Torres, mientras que pedían la presencia de los expertos en explosivos para que arribaran al lugar y verificaran la caja.
Minutos después, cuando los técnicos se acercaron al paquete extraño junto con un perro anxtiexplosivos, confirmaron que se trataba de una caja bomba, que estaba cargada con 15 kilos de explosivo R1, de la que salían algunos cables.
Según se conoció, este artefacto estaba compuesto de nitrato de amonio y aluminio en polvo, con 10 metros de cordón detonante.
Las autoridades establecieron que los dos detenidos tenían en su poder el sistema de activación a través de control remoto, por lo que fueron judicializados por el delito de terrorismo y concierto para delinquir.
Mientras tanto, las labores de los policías antiexplosivos se extendieron aproximadamente por tres horas, mientras evacuaban a los habitantes de las viviendas aledañas, además de controlar cualquier amenaza en el lugar.
El general Óscar Moreno, comandante de la Policía Metropolitana de Cúcuta, aseguró que el explosivo fue desactivado y se frustró la acción “terrorista” que pretendían cometer los detenidos.
Asimismo, insistió en que los hombres de inteligencia continúan adelantando las pesquisas pertinentes para contrarrestar el accionar criminal de los grupos armados ilegales que delinquen en esta zona del país.
Los capturados quedaron a disposición de la Unidad de Reacción Inmediata (URI) de la Fiscalía y al cierre de esta edición iban a ser presentados en audiencias de legalización de captura, imputación de cargos y medida de aseguramiento, a la espera de que un juez decida si deben ir o no a la cárcel.
Por ahora las autoridades avanzan en las pesquisas para esclarecer si los dos hombres pertenecen al Eln o a la disidencia de las Farc y para quién sería el atentado.
Atentados sistemáticos
En Cúcuta y el área metropolitana ya se volvieron recurrentes los atentados con explosivos, desde junio se iniciaron estos hechos y no han parado. La tarde del jueves se registró el ataque con un explosivo más reciente y se dio en el sector El Taconazo, del corregimiento Astilleros, zona rural de El Zulia, que dejó a un policía y a dos mujeres civiles heridos.
Una tractomula que pasaba por este lugar, recibió la onda explosiva, por lo que se dañó la carrocería, las llantas y la carpa que protege la carga.
La onda explosiva también afectó algunas viviendas que están ubicadas alrededor del lugar, por lo que los vecinos de este sector estuvieron invadidos por el miedo y la incertidumbre, por el ataque que iba dirigido hacia los uniformados.
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