Los ojos del papá de Iker Jhampier Estupiñán Castañeda se inundan de lágrimas y su rostro muestra gestos de tristeza y resignación, cuando cada segundo pasan por su mente los últimos momentos que vio con vida a su único hijo, de 7 años, luego de pasar al menos 40 minutos buscándolo en las aguas del río Pamplonita, en La Garita.
El papá guardará para siempre los momentos de felicidad que pasó junto con su hijo, enseñándole valores y demostrándole amor en cada situación que atravesaban.
“Él siempre me preguntaba que si era mi cachorro y yo le decía con amor que sí”, dijo Alirio Estupiñán, mientras lo recordaba con cariño.
El doliente aseguró que su pequeño Iker era un ser muy amable, cariñoso y alegre, que se ganaba el aprecio de las personas fácilmente.
La sonrisa y los chistes de Iker no pudo volverlos a ver después de sacarlo del agua, ya con su cuerpo morado luego de pasar casi una hora entre un remolino que se hizo en una de las piedras de este concurrido lugar los fines de semana.
“Cuando iba en la ambulancia para el hospital de Los Patios no tenían oxígeno para darle, solo le daban reanimación en el pecho. Yo intenté darle respiración boca a boca, pero cuando íbamos por Los Vados, el paramédico me dijo que ya no había nada que hacer, que mi hijo estaba muerto”, recordó.
Los angustiosos y dolorosos momentos que vivieron en la ambulancia se incrementaron a la llegada al centro médico, cuando ninguna acción médica funcionó para salvar a Iker.
El paseo
Alirio Estupiñán recordó que el domingo estuvo compartiendo con su hijo en un encuentro deportivo en el que él participaba. Sin embargo, el lunes dejó a Iker bajo el cuidado de la mamá, que llegó hace una semana desde Ecuador, donde duró seis meses trabajando, según el papá del menor.
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Según se conoció, ella decidió ir a un paseo de río con su actual pareja y su hijo.
El papá del menor aseguró que cuando recibió la llamada de la mujer, ella le aseguró que el niño se había perdido en el río. Sin embargo, cuando entregó las declaraciones a la Fiscalía, dijo que el accidente ocurrió cuando Iker estaba jugando con su pareja y de repente la corriente del agua le arrebató al menor de los brazos.
En este mismo lugar han ocurrido múltiples hechos similares en los que han perdido la vida menores de edad.
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“Ahí siguen ocurriendo estos casos y los fines de semana la aglomeración de personas es impresionante”, dijo un familiar de la víctima.
Miembros de la Brigada Interinstitucional de Homicidios (Brinho) se encargaron de la inspección técnica del cadáver.
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