En un abrir y cerrar de ojos, la vida de Omar Willians Jesús Méndez Paredes cambió por completo al mediodía del 9 de mayo, cuando dos sujetos armados lo hirieron en las proximidades de la cancha de tierra del asentamiento humano Colinas del Tunal.
Para los habitantes de esa comunidad era usual ver el rostro del joven, de 22 años, en el sector, debido a que venía con frecuencia en compañía de sus familiares y departían con algunos allegados.
Según comentaron, alrededor de las 11:10 a.m. le pidieron al joven que fuera a comprar unas cosas para el almuerzo (específicamente cilantro) a una pequeña tienda ubicada en Colinas del Tunal.
Fue entonces cuando él salió de su vivienda ubicada en la calle 32#1B-15 del barrio Virgilio Barco, cruzó hasta el otro lado de la carretera del Anillo Vial Oriental y llegó hasta las polvorientas calles del sector.
Instantes después, dos sujetos, presuntamente a pie, se le acercaron a Jesús Méndez y uno de ellos le disparó a la cabeza, dejando tirado el cuerpo del joven a la entrada de una vivienda de puerta negra lleno de sangre.
Conforme a información de la Policía Metropolitana de Cúcuta (Mecuc) “la ciudadanía manifiesta que vieron a varios sujetos con armamento largo y, al parecer, fueron quienes cometieron el hecho”.
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Al darse cuenta que quien yacía en el piso era Omar Jesús, una vecina llamó desesperadamente a su mamá para avisarle de la fatal escena, quien entre la angustia le dijo a su hija y a su yerno que fueran en la moto hasta donde habían baleado a la víctima.
Al llegar al lugar de los hechos, los seres queridos de Willians Jesús de inmediato lo trasladaron hacia el Hospital Universitario Erasmo Meoz, donde hasta la fecha se encuentra debatiéndose entre la vida y la muerte con pronóstico reservado.
Aunque las autoridades policiales no tienen una posible hipótesis que desencadenó este hecho de sangre, todo se encuentra en materia de investigación, así como la identificación de los autores de este suceso.
Llegó de Venezuela
Méndez Paredes nació hace 22 años en el estado de Aragua, Venezuela, y llegó en compañía de su familia hace nueve años a esa zona del Anillo Vial Oriental buscando una mejor vida.
Allí vivía en una humilde casa del barrio Virgilio Barco con más de siete personas en la misma, quienes describen a la víctima como un joven que no se metía en líos y un muy buen estudiante.
Con el fin de salir adelante, hace unos semestres él ingresó a estudiar una técnica relacionada con la economía en el Servicio Nacional de Aprendizaje (SENA) en la sede del barrio Pescadero.
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