Una balacera que duró al menos un minuto sacudió la tranquilidad del barrio Cúcuta 75, la mañana de ayer. En el ataque fue asesinado Fabio Alex Ortega Acero, abogado, defensor de derechos humanos y expersonero de San Cayetano y El Zulia.
Durante el enfrentamiento también fue abatido uno de los presuntos sicarios y resultó herido Cristian Eduardo Claro, uno de los escoltas asignados a Ortega por la Unidad Nacional de Protección (UNP).
Todo ocurrió a las 8:10 de la mañana, cuando Ortega, de 49 años, llegó junto a su esposa al barrio ubicado en la Comuna 8 de Cúcuta. Ambos se movilizaban en una camioneta Toyota de placa NIY403, asignada por la UNP.
Salieron desde su vivienda en El Zulia con el propósito de recoger a los dos escoltas que lo acompañarían durante el día, quienes lo esperaban en la casa de uno de ellos en el sector.
Ortega tenía programada una reunión con un cliente para tratar un proceso judicial, pero nunca logró llegar a la cita.
Al entrar al barrio, dos hombres que se movilizaban en motocicletas, una Suzuki AX4, negra, sin placa, y una Honda CB125F, placa HFY27H, lo estaban esperando.
Sin mediar palabra, los agresores abrieron fuego contra Ortega y sus escoltas. La reacción fue inmediata, desatando un tiroteo que puso en vilo a los residentes de la zona.
Fabio Alex, quien no llevaba puesto el chaleco antibalas, recibió dos impactos que le causaron la muerte de forma instantánea.
En el intercambio, uno de los sicarios, un joven de apenas 15 años, cayó muerto tras recibir cuatro tiros.
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Claro, uno de los escoltas, fue alcanzado por tres proyectiles a pesar de portar su chaleco antibalas, mientras que el otro escolta resultó ileso. El segundo atacante abandonó su motocicleta y huyó a pie, aparentemente herido.
Tras el ataque, el escolta ileso trasladó de inmediato a Ortega y a su compañero herido al centro asistencial más cercano. Allí se confirmó el fallecimiento del abogado, mientras Claro quedó bajo observación médica.
La Policía Metropolitana de Cúcuta acudió al lugar para acordonar la escena del crimen y desplegar un plan en busca del sicario prófugo.
Una fuente judicial reveló que minutos después del ataque, una mujer llegó a una droguería cercana a comprar medicamentos de urgencia con una actitud sospechosa. Aunque se le hizo seguimiento, no se logró determinar si los medicamentos eran para el atacante herido.
La inspección técnica, liderada por la Brigada Interinstitucional de Homicidios, permitió recolectar evidencias en el lugar: dos motocicletas, una pistola, once vainillas y un proyectil.
Otros atentados
Se supo que Fabio Alex Ortega Acero había sido blanco de dos atentados en los últimos años, lo que llevó a que la UNP le asignara un esquema de seguridad que incluía una camioneta blindada, dos escoltas y tres chalecos antibalas.
El primer ataque ocurrió en 2016, cuando fue atacado a disparos cerca del Parque Santander, en pleno centro de Cúcuta.
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El segundo tuvo lugar el 22 de agosto de 2020, en el sector de Pozo Azul, ubicado en el corregimiento El Carmen de Tonchalá, zona rural de la ciudad.
Ambos hechos habían encendido las alarmas sobre los riesgos que enfrentaba el abogado, conocido por su trabajo como defensor de derechos humanos.
Un proceso delicado
Ortega Acero, conocido por su trabajo como defensor de derechos humanos, estaría llevando un proceso judicial relacionado con el asesinato del minero César Ramón Flórez Anaya, ocurrido el pasado 4 de junio en un establecimiento comercial del barrio Caobos.
Según las investigaciones, la cita que el abogado planeaba cumplir el día de su muerte sería con una persona clave en este caso.
En el crimen del minero habrían participado dos hombres, uno de ellos identificado como Jhon Alexander Rojas Sierra, capturado días después por las autoridades en un allanamiento en el barrio El Desierto.
Curiosamente, ese mismo barrio sería el lugar de residencia de los dos sicarios implicados en el asesinato de Ortega.
“La información que tenemos es que el menor de edad abatido en el ataque estaba acompañado por su tío, quien logró escapar. Ambos son conocidos en estos sectores por su accionar criminal y, además, son familiares de Carlos Claro, alias El Duende, quien está recluido en la cárcel de Medellín”, aseguró una fuente judicial.
La misma fuente añadió que el adolescente, quien murió durante el enfrentamiento, también estaría involucrado en el homicidio de Flórez Anaya, siendo el segundo participante junto a Rojas Sierra.
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Sin embargo, aún no se ha confirmado si existía un vínculo familiar entre ambos, a pesar de que comparten un apellido.
El caso que lideraba Ortega estaba avanzando significativamente, y las autoridades ya habrían reunido pruebas sólidas contra el adolescente.
Asimismo, el abogado habría enfocado sus esfuerzos en identificar al autor intelectual del crimen, lo que aumentó el riesgo en su contra.
Presuntamente, se ofrecieron 50 millones de pesos por su asesinato. Un conocido de Ortega llegó a advertirle sobre el peligro, sugiriéndole que abandonara el caso o incluso que dejara el país.
“Le dijeron que lo podían joder, pero él era muy confiado. Siempre seguía la misma rutina y nunca usaba el chaleco antibalas”, comentó un allegado.
Ortega, además de este proceso, habría estado liderando otras nueve denuncias en contra de entidades regionales.
Su muerte ha causado un fuerte impacto, no solo en su familia, sino también en la comunidad zuliana, que lo recuerda con afecto como ‘el abogado de los pobres’ por su dedicación y servicio a los más necesitados.
Las autoridades continúan las investigaciones para esclarecer lo sucedido y localizar a quienes estén detrás de este asesinato.
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