En medio de la oscuridad, como dos figuras de la tragedia aparecieron un par de ladrones en la carrera 11 del barrio Nariño, en Villa del Rosario. Los sujetos jóvenes, sin ninguna característica especial en su apariencia, estaban dispuestos a cometer una racha de delitos, que terminaría siendo fatal.

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La persona que llevó la peor parte fue Adelxon Miguel Flórez, un hombre dedicado a trabajar como domiciliario, cuya jornada laboral tuvo un trágico y violento desenlace en la noche del pasado martes, 16 de diciembre.

Vistiendo una camiseta propia de su profesión, bluyín y tenis, el trabajador quedó tendido en un andén, sobre un charco de su propia sangre, luego de recibir un disparo directo en el rostro, como consecuencia del robo de la moto en la cual trabajaba.

Aunque su muerte no fue instantánea, no pasó mucho tiempo hasta que se confirmó su fallecimiento en la sala de urgencias del Hospital Jorge Cristo Sahium, donde lo trasladaron gravemente herido.

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El recorrido fatal

La funesta aparición de los criminales se dio sobre las siete de la noche, cuando las dos figuras emergieron de la oscuridad caminando, con muy malas intenciones, un arma de fuego y sin ningún tipo de miedo en usarla.

Su primera parada fue un taller de confección de ropa, en el cual entraron y apuntaron a las personas que se encontraban en el sitio, despojándolas de sus pertenencias. Una de las víctimas, en conversación con este medio, relató los momentos de tensión que vivió.

“Los dos tipos entraron y de una empezaron a gritar, yo tenía mis aretes de oro, pero no podía quitármelos por el miedo, ‘se los quita o la matamos’, me dijeron justo antes de arrancármelos”, contó la mujer, quien quedó con las orejas inflamadas.

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Acto seguido, los criminales salieron y avistaron a Miguel en su motocicleta de trabajo en la calle 5N, tras hacerlo bajar del vehículo no les tembló la mano para apretar el gatillo y conectarle un disparo directo al rostro. Mientras la víctima agonizaba, los responsables huían, pero tuvieron un percance.

Pocos metros más adelante, la moto se detuvo y se frenó su escapada, por lo que optaron por abandonarla y cometer un tercer delito. Le pusieron el cañón del arma aún caliente a una motociclista que estaba en el sitio, para amedrentarla y despojarla de su moto, en la cual escaparon finalmente.

A pesar de que la comunidad ayudó a Miguel, nada pudieron hacer para salvar su vida y pronto se confirmó su muerte por la gravedad de la herida que recibió. En tanto, los vecinos mantienen la queja por la inseguridad que azota el sector.

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