En la ciudadela norte de Ocaña, a pesar de las medidas y refuerzos que han tomado las entidades de seguridad del municipio y el departamento, no deja de correr sangre.
Una semana después de la masacre que tuvo lugar en el barrio Los Sauces por medio de dos desconocidos en una motocicleta, en donde cinco personas perdieron la vida, Juan Carlos García Pérez fue asesinado cuando se movilizaba en una motocicleta con otra persona que resultó herida.
Juan Carlos iba con un menor, de 17 años, a la altura del Puente La Sal, ubicado en el barrio Santa Clara cuando dos hombres, también en una moto los abordaron a las 11:00 de la noche del domingo.
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Los desconocidos, una vez estuvieron a pocos metros de las víctimas, desenfundaron sus armas y arremetieron a bala contra las dos víctimas, que debido a la impresión y las heridas de los disparos cayeron aparatosamente, a pocos centímetros del límite de concreto del puente.
De inmediato los desconocidos huyeron y la comunidad, sorprendida avisó a la Policía de Norte de Santander que llegó, pocos minutos después. El adolescente logró ser auxiliado y al cierre de esta edición se encontraba luchando por su vida en el Hospital Emiro Cañizares de Ocaña.
Sin embargo, para Juan Carlos, la suerte no fue la misma. Este hombre, de 30 años y de oficio constructor, a pesar de ser trasladado una vez llegaron los uniformados, el hombre ya se encontraba agonizando y falleció en el hospital. Hasta allí llegaron los uniformados de la Sijín que hicieron el respectivo levantamiento.
Respecto a los criminales, la comunidad solo alcanzó a comunicarles a las autoridades que, una vez perpetraron el crimen huyeron con dirección al barrio Los Sauces, que a su vez colinda con la vía hacia la vereda Venadillo, en donde se presume, estos hombres se encuentran refugiados.
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Había toque de queda
Por ahora, las autoridades no tienen una hipótesis clara respecto al homicidio de este hombre, pues no contaba con antecedentes judiciales. Así mismo, en redes sociales la población ocañera criticó a la administración municipal, a la Gobernación del Departamento y a la Policía, pues el hecho de sangre sucedió en medio de un toque de queda.
Semanas antes, justamente por una masacre que se perpetró a pocas cuadras de distancia de este nuevo homicidio, las autoridades administrativas expidieron un decreto en el que se establecía un toque de queda, sin embargo la comunidad aseguró que, aunque se han reforzado los operativos en el centro de Ocaña, la ciudadela todavía presenta baja afluencia policial.
“En el centro uno ve que han hecho controles e incautado motocicletas. Sin embargo, a pocos minutos de iniciar el toque de queda, justo pasa un hecho de sangre. Hasta cuándo van a dejar de proponer medidas de seguridad que no evitan los asesinatos, pero sí afectan a los comercios y la economía de muchas personas que trabajan en las noches”, dijo una ocañera en sus redes sociales.