La noche del jueves, el pánico se apoderó de varias personas que estaban comiendo en un restaurante, ubicado en la calle 16 con avenida 14, del barrio La Libertad, luego de que un desconocido llegara y empezara a disparar contra todos los que estaban ahí.
Antes del ataque, según versiones, a las 10:30 de la noche, el mismo hombre había ingresado al establecimiento, compró tres arepas y pagó con una transferencia digital.
Pero minutos después volvió en una moto Suzuki GN, negra, desenfundó un arma y disparó contra el piso.
Quienes estaban en ese lugar, escucharon al menos 10 tiros. Las balas rebotaron e hirieron a tres personas que estaban en el restaurante.
Una cocinera, de 37 años, resultó herida en uno de sus brazos, cuando entregaba un plato de comida; un taxista, de 66, que estaba sentado en otra mesa, recibió dos disparos en sus pies; y una niña, de 15, terminó con un balazo en su pierna.
En medio del terror que se vivió esa noche, a las víctimas las llevaron hasta la Unidad Básica de La Libertad, donde fueron atendidas por los galenos de turno.
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Minutos más tarde, varias patrullas de la Policía Metropolitana de Cúcuta (Mecuc) y la Brigada Interinstitucional de Homicidios (Brinho) llegaron al lugar para hacer la inspección de la escena y recopilar los videos de las cámaras de seguridad, para identificar al pistolero.
Iba por alguien
Minutos después del ataque a bala, cuando las autoridades estaban analizando el lugar, se dieron cuenta de que, mientras el hombre compraba las arepas, por medio de su teléfono estuvo hablando con alguien más.
A través de notas de voz, le habría comunicado a la otra persona, la llegada de los dueños del restaurante. “Ya llegó la familia, no se puede hacer nada”, se escuchó.
Las autoridades pudieron conocer esto, porque “después de disparar, cuando el hombre se fue, dejó el celular, lograron desbloquearlo y se escuchó un audio donde él decía. Además habían otros audios y fotos que quedaron en manos de los investigadores”, contó un testigo.
Se presume, que el pistolero estaba a la espera de un mesero, quien en medio del llanto, desespero y miedo, no comprendía por qué lo buscaban a él, si no tiene problemas o amenazas.
En la escena, los peritos forenses encontraron 9 vainillas y un proyectil.
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