Veloz y obediente, ni ladra ni muerde, y en especial, nunca deja sorpresas desagradables en el suelo. El perro-robot AlphaDog es la respuesta a dos de las grandes pasiones de los chinos: las mascotas y la tecnología.
Equipado con detectores, funciona gracias a la inteligencia artificial, lo que le permite "oír" y "ver" su entorno.
Aunque no tiene cabeza ni cola, "es como un perro de verdad", resume Ma Jie, responsable de tecnología de la empresa Weilan, basada en Nankín, capital de la provincia du Jiangsu, al este de China, que ideó el prototipo.
Con una velocidad máxima de 15 kilómetros por hora, AlphaDog reivindica ser el mas veloz del mercado y sus cuatro patas metálicas le otorgan una mayor estabilidad que a un perro, explican sus diseñadores quienes --como demostración-- le propinan un puntapie al robot.
El robot evoluciona libremente en su entorno utilizando internet móvil 5G, con un tiempo de respuesta ultrarápido. "Detecta la fricción y el nivel de inclinación del suelo para ajustar su altura y la velocidad", comenta Ma Jie, mientras que el robot demostrador avanza lenta pero firmemente por una escalera.
- Perro lazarillo o empleado en una fábrica -
Ma Jie estudió en la universidad de Oxford el aprendizaje reforzado, una tecnica derivada de la psicología conductista y que permite "entrenar" la inteligencia artificial que controla un robor mediante recompensas o castigos, tal como en el adiestramiento de perros.
AlphaDog reconcilia dos centros de interés muy difundidos en China actualmente: la tecnología y los animales domésticos.
Estos últimos habían desaparecido de la circulación en las primeras décadas del régimen comunista, pero han vuelto con fuerza en los últimos 20 años.