Los abuelos paternos, Joaquín José de Santander y Jovel de Moncada, nacido y casado en la ciudad de San Cristóbal en Venezuela, en 1745, con doña María Francisca de Colmenares y Omaña.
Fueron los abuelos del general Santander, en la rama materna, don Juan Antonio de Omaña y Rivadancira quien contrajo matrimonio con doña Juana Lucía Rodríguez y Sánchez Osorio en la Villa del Rosario de Cúcuta.
Ahora bien, el abuelo paterno durante la sublevación de los Comuneros, en marzo de 1781, movimiento que sabemos tuvo por causa el oneroso sistema de impuestos que pesaba entonces en el Nuevo Reino, más de ochenta pueblos se acogieron de manera entusiasta a la causa de esta revolución.
Los pamploneses, al mando del capitán Juan José García de Hevia marcharon decididos sobre Cúcuta que fue tomada luego de una precaria resistencia pero que finalmente se uniera a la causa, para lo cual constituyeron una Junta Local entre los que participaron estuvieron José Salvador y Juan Agustín Santander, tío y padre del prócer.
Mientras esto ocurría, algunos vecinos notables de San Antonio, entre quienes estaba su Alcalde Pedáneo Pedro de Aranda, se dirigieron a la hacienda El Trapiche, en cercanías del Rosario para reunirse con delegados de El Socorro con la intención de llevar la insurrección a los pueblos de Venezuela. Confirmaron el mando político y militar al capitán García de Hevia quien logró con su prestigio vincular al movimiento las poblaciones de San Cristóbal, Lobatera, Bailadores y La Grita.
Como se aprecia en el desarrollo de los acontecimientos, los Santander, que formaban parte de la clase dirigente, tuvieron una activa participación en la revuelta en la que pusieron, al servicio de esa causa, sus dilatadas conexiones de familia. Sin embargo, el gobierno realista comenzó por promover la reacción realista en contra de los amotinados y así, en cabeza del Alcalde Ordinario y otros funcionarios de la gobernación de San Cristóbal ordenaron la prisión de los Comuneros a quienes instruyeron causa además, por el delito de sedición.
Entre tanto, en Santafé, el Virrey de la Nueva Granada, promulgaba un indulto general para los Comuneros de El Socorro, que comprendía a los de Venezuela, dándose por terminada aquella revolución esencialmente cívica que resume uno de los capítulos más interesantes del período colonial del país.
Los bienes de los Santander, que habían sido confiscados a raíz de los sucesos anteriores, les fueron devueltos y en el caso del tío José Salvador Santander, fue quien corrió con mejor suerte porque ya, en 1804, se desempeñaba como Gobernador y Teniente Justicia Mayor de la región, lo que confirma que las excelentes conexiones familiares con los gobernantes españoles eran de vieja data.
En cuando a la información relacionada con la abuela paterna del general Santander, tampoco se tienen mayores noticias, salvo que además del padre del prócer, fueron sus hijos, María Josefa Antonia, María, Juan Felipe, María del Rosario, Vicente, Ana María y el menor José Salvador, nacido en 1748.
Por parte de madre, Juan Antonio de Omaña Y Rivadancira, vecino de la Villa del Rosario, se sabe que contrajo matrimonio con doña Juana Lucía Rodríguez y Sánchez Osorio, quienes tuvieron trece hijos, de los cuales cinco murieron antes de cumplir la mayoría de edad.
De sus abuelos maternos, sólo se tienen noticias de sus hijos, activos participantes en las luchas independentistas, siendo el más destacado el sacerdote Nicolás Mauricio de Omaña y Rodríguez, nacido el 22 de septiembre de 1780. Rezan los archivos de la época que “…arranca su actuación política en el año 1809, cuando con motivo de los sucesos de Quito y siendo Rector de la Capilla del Sagrario en Santafé de Bogotá, asistió a las Juntas Generales celebradas en septiembre de aquel año, convocadas por el Virrey a excitación del Cabildo y en las que sostuvo la justicia de la revolución quiteña, hallándose su nombre en la representación de protesta levantada por el Cabildo ante la Suprema Junta de España en que se ponían de resalto los derechos de los americanos”, y que al decir del historiador Restrepo “…tuvo una influencia poderosa para desarrollar en la Nueva Granada los gérmenes de la revolución”.
Cultivador de las ciencias y las letras, trabajó las estadísticas de la ciudad de Santafé para el Semanario del Nuevo Reyno de Granada, famoso periódico dirigido por el sabio Caldas, que abrió nuevas corrientes de ideas en la vida intelectual de la colonia y a cuyo alrededor se agrupaban los más altos ingenio de la época. Fue mentor de su sobrino Francisco de Paula, bajo sus auspicios recibió éste su primera educación en el Colegio de San Bartolomé y a sus influencias se debió que fuese admitido como subteniente abanderado del Batallón de Guardias Nacionales creado en la capital a raíz de la transformación política de 1810, iniciándose de este modo la carrera política del futuro presidente.
Sus segundos abuelos, a quienes hoy llamamos ‘bisabuelos’ fueron el capitán Marcos José de Santander y Caballero, nacido en San Cristóbal en 1678 y casado en esa misma ciudad en 1701, con María Jovel de Moncada y Ramírez de Andrade.
Al igual que en la biografía de los primeros abuelos, es muy poca la información sobre sus actividades y demás quehaceres. Salvo la relación de sus hijos y descendientes, solo puedo agregar que en los archivos consultados no se pudo rehacer sus ramas genealógicas. Se comprobó que la pareja tuvo cinco hijos y que además de Joaquín José, el abuelo del prócer, se conocen María Micaela, José Eugenio, Catalina y Juan José.
Redacción
Gerardo Raynaud D.
gerard.raynaud@gmail.com
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