“No sé quien es”, “es el coliseo” y “debió ser alguien importante en el basquetbol”, son los pensamientos que tienen algunos cucuteños cuando se les pregunta sobre su coterráneo ‘Toto’ Hernández, quien nació el 31 de julio de 1919.
Antonio José Hernández Mora se dio a conocer por una profesión muy diferente a lo que imaginan muchos solo por el hecho de que el gran coliseo construido en el barrio Lleras lleve su nombre. El teniente ‘Toto’, de la Fuerza Aérea, fue el segundo aviador más importante para Norte de Santander, después de Camilo Daza.
El piloto “contribuyó con su vida a la conquista de los cielos colombianos. Desde niño dejó ver sus dos grandes pasiones: el amor por el básquet y la aviación”, según el blog Crónicas de Cúcuta.
Nacido hace 100 años en el hogar de José Antonio Hernández Alarcón y Ema Mora, de nueve hijos, ‘Toto’ se graduó de bachiller en 1939 en el colegio Sagrado Corazón de Jesús de su ciudad natal, donde siempre integró el equipo de basquetbol, siendo uno de los principales gestores de la fama que tiene la institución en cuanto a excelencia académica y deportiva.
Las habilidades de Hernández lo hicieron un referente del baloncesto en la región. En Cali, en 1939, fue recibido como uno más entre los deportistas del quinteto nortesantandereano.
(De pie: Santiago Hernández, Elena Cuberos, Lola Jácome, Francisco Lamus (Gobernador), Eumelia Duarte, hermano Arturo, Maruja Saih, Carlos Madarriaga, Aurora González, Lici Jurgensen, Soledad Hernández, Ana Delina Gómez. Sentados: Carlos Arenas, Luis San Juan, Alfonso Soto, Antonio José ‘Toto’ Hernández, Gustavo Castellanos, 'Capi' Morales, Lucio Andrade.)
De acuerdo con Crónicas de Cúcuta, casi un año después, en enero de 1940, el rojinegro regresó a la capital del Valle del Cauca como alumno en la base-escuela Ernesto Samper, de El Guabito, y el 29 de marzo de 1941 alcanzó el grado de alférez piloto y recibió el sable, el brevet y el diploma que tanto anheló, para ser parte de la Fuerza Aérea del Ejército Nacional.
Después se capacitó en Estados Unidos como instructor y lamentablemente al poco tiempo pasó lo inevitable. Murió a los 24 años, el 1 de diciembre de 1943, haciendo lo que más lo apasionaba, volar.
Él acompañaba en un vuelo de entrenamiento al alférez Hugo Niño del Castillo y en inmediaciones de la finca El Nogal, a pocos kilómetros de Cali, una falla mecánica provocó el accidente de la aeronave; ambos fallecieron.
La noticia conmocionó a la ciudad. El sepelio se cumplió en la capital del Valle y cuatro años después el cadáver fue trasladado a Cúcuta por la Fuerza Aérea Colombiana, en un avión piloteado por dos nortesantandereanos: el teniente César Fernández Acero y el alférez José Manuel Villalobos.
Las honras fúnebres se hicieron en la catedral San José y una emotiva ceremonia se cumplió en el parque Santander, recordó a La Opinión el profesor Miguel Palacios, quien agregó que “eso fue todo un acontecimiento”.
“La Alcaldía de Cúcuta, por medio del Decreto N° 229 del 28 de noviembre de 1947, lamentó la trágica desaparición del oficial y el Concejo, presidido por Virgilio Barco Vargas, expidió la Resolución 28 de 1947, exaltando la vida de ‘Toto’, hijo gallardo de esta ciudad”, de acuerdo con Crónicas de Cúcuta.
Sus condiscípulos de colegio, los compañeros de triunfos deportivos y de la aviación llevaron en hombros hasta el cementerio el féretro con los restos de ‘Toto’ Hernández.
¿Quién fue ‘Toto’ Hernández?
Luz Dary Vesga, de El Talento: No sé quién fue, solo sé que hay una chancha al lado del estadio General Santander que se llama así.
Freddy Orlando Espinel, de Carora: No sé, aunque soy de Cúcuta. No sé si fue un médico o un deportista.
Katherine Márquez, de Las Américas: Solo sé que así se llama el coliseo.
Juan Sebastián Contreras, de San Luis: No sé. Pero el coliseo es uno de los escenarios importantes del deporte en la región.
Ciro Pimiento Rojas: Tuvo que ser el que trajo el básquet a Norte de Santander, porque así se llama el coliseo.
Lugares en su honor
En 1944, en el reformatorio de menores, que en ese entonces quedaba en donde ahora es el centro comercial Ventura Plaza, y el cual fue regalado por Rudesindo Soto, fue inaugurada una cancha con el nombre de ‘Toto’, siendo el primer lugar con el que se le hacía homenaje al aviador y deportista.
El primer coliseo de la ciudad entró en funcionamiento en 1953, y fue construido por el presidente Gustavo Rojas Pinilla e inicialmente llevó el nombre del mandatario.
Sin embargo, en 1962 se realizó el Festival de la Frontera, donde se decidió que el coliseo Rojas Pinilla debía llevar el nombre ‘Toto’ Hernández. Desde entonces, su nombre ha permanecido en la memoria de los cucuteños.