Un desempleo que no mejora, temor por hacer gastos más allá de los estrictamente necesarios y la incertidumbre por lo que pueda pasar con la pensión, suelen ser temas recurrentes a los que los colombianos vuelven en discusiones familiares o redes sociales.
Ese panorama nebuloso, que suele escucharse o leerse, y que plantearía moderar el consumo, se contradice con el hecho de que aumente el gasto en hogares. En cambio hay mediciones, como las que hace Fedesarrollo, que ponen de manifiesto la necesidad por saber cuál será el futuro de la economía nacional, qué papel va a jugar el Gobierno y cuál será el rol de los empresarios.
Para empezar, el consolidado del gasto de los hogares que entrega Raddar encontró que durante el año pasado el indicador llegó a los 727 billones de pesos, situación que representó un crecimiento del 6 % en comparación con el ejercicio de 2018; un dato muy por encima del 3,2 % del aumento del PIB, o del 3,82 % de inflación, para hacerse a una idea.
De acuerdo con José Manuel Restrepo, ministro de Comercio, Industria y Turismo, la explicación de que los colombianos estén confiados y se sientan seguros de hacer este tipo de inversiones se ve reflejada en que “lo que gastan los hogares colombianos es uno de los factores que ayuda a impulsar la economía del país. Por eso, la cifra de crecimiento de 6 % en términos reales, reportada para el año anterior, es una muy buena noticia y muestra la mejora en la confianza de los consumidores”.
Sin embargo, documentos como la Encuesta de Opinión del Consumidor del año pasado, que elabora Fedesarrollo, refutan el hecho de que los colombianos estén dispuestos a gastar más allá de lo estrictamente necesario.
Según el informe, el Índice de Confianza del Consumidor cerró 2019 con un indicador de -7,4 %, que le dio para una caída de siete puntos porcentuales si se compara con el resultado de 2018: -0,5 %. Dijo el tanque de pensamiento que el resultado se dio porque los colombianos no ven con buenos ojos la situación económica de este año.
Pero entonces cómo explicar que tanto las disposiciones por comprar vivienda, bienes durables (tipo electrodomésticos) y la motivación por adquirir carro sean negativas, pero aun así el consumo se mantenga en positivo.
De acuerdo con Luis Fernando Mejía, director de Fedesarrollo, hay dos explicaciones: de un lado la llegada de venezolanos empuja el indicador en la medida en que esa población gasta en necesidades de primera mano. La segunda es que los colombianos perciben la mala situación económica de puertas para afuera, no en sus bolsillos.
“Hay que preocuparse si la valoración de la situación interna del hogar empieza a ser negativa. Lo que puede ocurrir es que se merme un poco ese gasto teniendo en cuenta que las perspectivas económicas para 2020 que, si bien son buenas, todavía generan cautela”, explicó Mejía, quien añadió que la meta para este año es un mejor crecimiento.
Así mismo, otra de las variables que juega en esa proyección tiene que ver con qué tanto pueda llegar a aumentar el costo de vida en el país. Según datos del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane) el crecimiento “estuvo controlado” y se situó en 3,82 % para el año pasado, un fenómeno que además no se espera cambie sustancialmente en 2020.
Según datos de la Encuesta de Expectativas Económicas del Banco de la República de enero de 2020, la inflación a cierre de año llegaría al 3,40 % (sin eventos extraordinarios); aunque los 40 actores financieros consultados por el Emisor prevén como dato máximo un 4 % en el aumento del costo de vida.