Gerard Piqué, exfutbolista y ahora empresario a tiempo completo, compareció este viernes ante los tribunales de Majadahonda para aclarar su papel en el traslado de la Supercopa de España a Arabia Saudí. Entre cifras astronómicas y acusaciones, Piqué aseguró que jamás le dio un solo euro a Luis Rubiales ni a la Real Federación Española de Fútbol (RFEF). Eso sí, su empresa, Kosmos, sí recibió una jugosa comisión de 40 millones de euros, pero, según él, todo fue dentro del marco legal
El exjugador pasó casi dos horas respondiendo preguntas y, para sorpresa de muchos, terminó llorando. No fue por un gol mal anulado ni por un penalti dudoso, sino por el daño que este escándalo ha hecho a su imagen pública. “No he hecho nada malo”, dijo entre sollozos, mientras la sala probablemente se preguntaba si las lágrimas eran de frustración o de nostalgia por tiempos menos complicados en el Barça.
Para reforzar su defensa, el equipo legal de Piqué sacó un as bajo la manga: quince facturas emitidas por Kosmos a la Federación de Fútbol de Arabia Saudí (Saaf) por un total de 12 millones de euros, además de correos y comprobantes bancarios. Sin embargo, el banco no fue tan comprensivo y bloqueó la cuenta donde se hicieron los depósitos desde abril de 2023. Parece que, en este caso, el VAR financiero sigue revisando la jugada.
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Los abogados del exfutbolista insisten en que todo está en regla y que su intervención logró “el mejor contrato en la historia de la RFEF”. Eso sí, reconocen que hubo momentos en los que Piqué pudo dar la impresión de estar actuando en nombre de la Federación, aunque aseguran que se aclaró a tiempo. Como en el fútbol, a veces el fuera de lugar es cuestión de interpretación.
Piqué reveló que todo comenzó con un “pacto de caballeros” con la empresa saudí Sela. Traducido al español futbolero, significa que confiaron en la palabra sin necesidad de un contrato formal al inicio. Al parecer, en el mundo de los negocios de alto nivel, los apretones de mano todavía tienen valor.
Eso sí, el exfutbolista confesó que tuvo problemas para recibir los pagos acordados y, como buen exdefensa, recurrió a Luis Rubiales para que lo “ayudara a desbloquear la jugada” ante las autoridades saudíes. Ahora, esa asistencia podría costarle más que una tarjeta roja.