Donamaris Ramírez llegó a la Alcaldía de Cúcuta en 2012 después de cuatro intentos por alcanzar el primer cargo de la ciudad y en medio de una gran expectativa entre sus electores, pues su principal promesa de campaña fue la construcción de 20.000 viviendas gratis, que terminó haciendo el gobierno del entonces presidente Juan Manuel Santos.
Su paso por la administración municipal no estuvo exento de polémicas y hasta terminó investigado y con un pliego de cargos, por un proyecto que sigue dando mucho de qué hablar: el Centro de Desarrollo Infantil (CDI) de la urbanización Cormoranes.
Apenas unos meses después de que terminara su periodo de gobierno, el Consejo de Estado también le anuló su elección como alcalde de Cúcuta, pues finalmente se demostró que sí estaba inhabilitado para aspirar a la Alcaldía.
No obstante, ninguna de estas sombras fue impedimento para que en 2019 el exmandatario volviera a presentar su nombre a la Alcaldía de Cúcuta, esta vez con el aval de la ASI, pero ni la alianza que hizo al final con José Fernando Bautista, le alcanzó para volver al Palacio Municipal.
Pero como el que persevera alcanza, después de estar en el sonajero durante algún tiempo sin que tomara la decisión, Ramírez finalmente se aventuró este año a lanzarse a la Cámara de Representantes, ahora con el aval del Partido Liberal, y está convencido de que logrará llegar al Congreso.
Para hablar de sus controversias, de los fantasmas que lo han perseguido durante este tiempo, de su nueva apuesta política y de por qué la gente debería votar por él, La Opinión sentó en el banquillo al aspirante, quien encabeza, con el 101, la lista liberal.