Al estrenarse el general retirado Pedro Sánchez Suárez como ministro de Defensa le corresponden entre su multiplicidad de tareas pendientes en medio de un país cruzado por la violencia, está el rescate  del Catatumbo de las manos de los grupos armados ilegales.

En especial, el Eln se convierte en la organización que más preocupación genera en el gobierno por el plan que tiene esa guerrilla de apoderarse de ese territorio utilizando métodos similares a los de sus viejos enemigos los paramilitares.

En ese punto, el presidente Gustavo Petro ha señalado la necesidad de  preservar y rescatar esa parte de la zona de frontera con Venezuela donde dicha organización ha cometido masacres y lanzado operaciones para sentar sus bases y asumir el control tanto de los cultivos ilícitos, del narcotráfico como de la misma subregión.

Según Petro quien ha mantenido una fuerte posición frente a esa guerrilla, el Eln está hoy actuando como lo hacía en el pasado “Carlos Castaño (máximo jefe de las Auc) quien decidió en su momento desocupar zonas para él mismo introducir otros habitantes y de esa forma controlar grandes territorios”.

En el segundo consejo de ministro televisado se le oyó decir que la pretensión  del Ejército de Liberación Nacional “es ocupar esa zonas desalojadas con población ajena pero súbdita de las armas del Eln. Esto, en plena frontera, es el peligro más grande de soberanía nacional que tenemos después de lo que ocurrió entre Nicaragua y San Andrés”.

Luego de exponer ese complicado panorama detrás del cual hay un “peligro de soberanía nacional inminente”, le ordenó al nuevo titular de Defensa que se debe  recuperar tanto el Catatumbo como las demás fronteras del país.

Fue entonces cuando el ministro Sánchez lanzó dos alternativas para quienes actúan como agentes generadores de violencia que hostigan a la población civil y son los causantes de la peor crisis humanitaria de la historia en el Catatumbo, donde en este momento hay un despliegue de hasta 10.500 efectivos militares para el desarrollo de las acciones ofensivas.

Habrá que esperar la decisión que tomen los militantes de esas agrupaciones, si se desmovilizan y entran a programas especiales para la reincorporación a la sociedad civil con los debidos procedimientos judiciales y legales que ello implica, previo compromiso real y suficiente de no seguir actuando como enemigos de los campesinos a quienes asesinan, desplazan y obligan al confinamiento.

La otra opción que en esta nueva fase  enfrentarán quienes continúen en ejecutando acciones terroristas y atacando a la población indefensa, será la correspondiente a toda la fuerza legítima del Estado, porque “si no se desmovilizan vamos a ir por ustedes”.

Concordante con lo anterior, el general retirado Pedro Sánchez les advirtió lo siguiente a los violentos que quieren dominar el Catatumbo: “no vamos a permitir que sigan asesinando a nuestros campesinos y poniendo en grave riesgo a nuestros indígenas. Nosotros queremos llevar todo este Estado hacia allá, pero no vamos a permitir que ustedes lo impidan”.

Habrá que esperar entonces los resultados de la estrategia que se ponga en marcha no solamente en el Catatumbo, en el área metropolitana de Cúcuta y en otros municipios de Norte de Santander sino en Arauca, Chocó  y de

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