

Los coroneles Libardo Fabio Ojeda Eraso y Jorge Andrés Bernal Granada, nuevos comandantes de la Policía Metropolitana de Cúcuta y del Departamento de Policía Norte de Santander, en La Opinión dieron a conocer los planes que tienen previstos para enfrentar la criminalidad en la región.
Sacar a la capital nortesantandereana de la lista de las ciudades más violentas del mundo es la misión que se planteó el titular de la Mecuc.
La ciudadanía se encuentra expectante sobre los resultados, máxime cuando en estos días se han registrado balaceras que han dejado personas heridas en varios sectores de la ciudad, constantes incursiones del sicariato y la intimidación por parte de los extorsionistas.
Sin duda ninguna la percepción de inseguridad ciudadana continúa siendo muy alta y como va el desarrollo de los acontecimientos delictivos es muy probable que sigamos dentro de los altos índices de violencia en el área metropolitana de Cúcuta.
Teniendo presente el desarrollo de los acontecimientos, tanto los actuales como los del pasado reciente, la opción sería una combinación de esfuerzos policiales para el ejercicio de contención y desvertebramiento de las organizaciones al margen de la ley que delinquen en esta parte del país.
Esa mezcla de la vigorización de la inteligencia policial más el grupo de tácticas urbanas y los planes operacinales especiales que se apliquen en una zona neurálgica como el Catatumbo, lógicamente que podría terminar por arrojar unos resultados positivos.
Para nadie es un secreto que la ciudad termine siendo impactada por la violencia y el narcotráfico que se generan en territorio catatumbero donde el Eln y la disidencia de las Farc manejan y se disputan el control de la economía ilegal de los estupefacientes que es prácticamente el combustible del conflicto armado.
El otro gran trabajo que en conjunto tiene que desarrollar la Policía con respaldo del Ejército y en sincronía con la Fiscalía General de la Nación es el dirigido a desmontar las redes de lavadores de activos y de testaferrato.
Ese matrimonio entre narcos y los testaferros es un aspecto de máxima trascendencia para la desactivación de los diversos factores que generan la violencia en la región por el poderío que resulta de manejar y controlar inmensas fortunas ilegales con las cuales pueden...
En materia de reconstruir la seguridad, a lo que se enfrentan ambos oficiales es una tarea de grandes proporciones por el acrecentamiento de la delincuencia que ahora ya es de carácter transnacional y del multicrimen.
Y por el otro lado se encuentra la reconfiguración y reacomodo de los grupos como Eln y disidencia de las Farc que luego de los ceses del fuego y las fallidas negociaciones de paz se fortalecieron tanto en número de combatientes como en armamento, llegando a contar con drones adaptados con explosivos.
Luego la región requiere, para que haya una verdadera reducción de la violencia, que se produzcan efectivos resultados operacionales en materia de orden público y en el control de la inseguridad tanto en la zona rural como en la urbana, sin obviar, lógicamente, la influencia de la frontera venezolana que es igualmente una gran generadora de hechos delincuenciales de diversa índole.
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