Sustraernos de los asuntos de frontera resulta imposible y por esto resulta importante anotar como empieza a sentirse un aliento reactivador en el intercambio comercial colombo-venezolano que duró cerrado en medio de la tormentosa crisis vivida en las relaciones de ambos países.
Es alentador el despegue. Desde el 26 de septiembre hasta comienzos de 2023, el movimiento total de las importaciones y exportaciones por la frontera Norte de Santander-Táchira llegó a los 27.2 millones de dólares.
Poniéndolo así no más ya es un avance sustancial, porque antes por este territorio binacional la movilización legal de mercancías estaba prohibida, y había que ir hasta Paraguachón (en la frontera La Guajira-Zulia), aumentando el tiempo del envío de siete a 21 horas, para llevarlas o traerlas y disparando los sobrecostos.
Y, lo mejor, es que el puente Tienditas rebautizado como Atanasio Girardot, con su superestructura y dotado con todos los elementos indispensables para el manejo de flujos vehiculares, de personas y de carga, también entró a funcionar dentro de lo que se espera sea una real modernización de la frontera.
Y también contrario a la inamovilidad aduanera que caracterizó a la región, que veía como las trochas eran el camino por donde se movía el paso de las mercaderías, en medio de los peligros generados por las bandas, la guerrilla y las organizaciones delincuenciales que allí se asentaron, es alentador el cambio que está notándose.
Volvimos a aparecer en las estadísticas nacionales en cuanto al movimiento de la balanza comercial, que de acuerdo con lo señalado por la Cámara Colombo Venezolana, en lo que va de la reactivación del comercio por este punto aduanero se han negociado 24’298.230 de dólares en exportaciones y 2’937.758 de dólares en importaciones, para un total de 27’235.988 de dólares.
La recuperación se ha reflejado en que por este puerto internacional han cruzado 1.270 camiones con alrededor de 29.000 toneladas de mercancías, cifras que estuvieron en ceros durante varios años, con las consabidas negativas consecuencias que esto acarreó a ambos lados.
Buscar la profundización del intercambio que se hace por esta región tiene un referente histórico que llena de expectativas positivas a los empresarios, a los gobiernos y a las comunidades fronterizas.
En ese sentido, la Cámara Colombo Venezolana recordó que en 2013, desde Colombia se exportaban hacia el vecino país, por aduanas, 2.256 millones de dólares de los cuales el 45 por ciento correspondía a mercancías que cruzaban desde Cúcuta.
Ese contexto nos señala, por sí solo, que hay muchísimo margen para un esperado crecimiento sostenido de los productos de diversa índole que pasan a lado y lado, en cumplimiento de las directrices para avanzar en la integración binacional y afianzar las relaciones diplomáticas, políticas y económicas.
“Esperamos este año recuperar el comercio por esta región e ir generando empleo en el sector logístico aduanero, con unos servicios modernos y dinámicos. Se instalarán nuevas empresas que prestan el servicio de comercio exterior, que crece día a día a una buena escala”, manifestó Víctor Méndez, director de la Cámara.
Que la institucionalidad facilite los trámites, que los empresarios cuenten con las garantías de pagos, que se cumpla la promesa gubernamental de que no solo crezca exponencialmente el intercambio sino que en la misma medida esto ocurra en materia de empleo y de inversiones sociales, llevará a tener una frontera incluyente, próspera y segura para todos.
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