

El Pacto Social para la Transformación Territorial del Catatumbo por fin tiene su plan de acción, el monto real de las inversiones determinadas y los proyectos previstos a ejecutarse para el mejoramiento de las condiciones de vida en esta subregión de Norte Santander.
Por ejemplo, algo sobre lo que siempre hubo inquietud era el monto de los recursos calculados, que finalmente serán por 5.5 billones de pesos.
Esa cantidad hay que tenerla muy presente para empezar a hacerle la necesaria veeduría ciudadana y social con el propósito de que a los municipios beneficiados realmente los cubra este ambicioso plan de obras.
Según el Plan Estratégico de Inversiones, el sector transporte tendrá la mayor participación con 14 proyectos que suman $1. 8 billones. La Presidencia de la República liderará proyectos por $405.000 millones y el sector educación contará con seis proyectos por $334.000 millones.
Son diez años los estipulados para que se desarrollen y vuelvan realidad los 121 proyectos estratégicos, es decir, de aquí al 2036, que hablando desde el punto de vista estatal, corresponde a dos periodos presidenciales y medio.
Y eso necesariamente implica que por encima de cualquier argumentación relacionada con las ideologías, se garantice sí o sí el desarrollo y ejecución de esta estrategia de desarrollo de una zona tradicional e intensamente golpeada por el conflicto armado, los cultivos ilegales y el narcotráfico.
Despejar todas las dudas sobre la financiación de esos $5.5 billones es fundamental para que todo esto no se vaya a quedar en letra muerta o en un documento más que quede engavetado o que corra el riesgo de ser desfinanciado poniendo en riesgo obras como el Anillo Vial de La Paz y la Transversal del Catatumbo, la modernización de los aeropuertos de Ocaña y Tibú, mejoras en hospitales, acueductos y programas de vivienda, entre otras.
A la comunidad de la región le corresponde convertirse en una celosa guardiana del Pacto Social del Catatumbo. Estar como un moscardón advirtiéndole al alto gobierno sobre los hechos que afecten o retracen el cronograma es una función de carácter fundamental.
Es que debe elaborarse una especie de tablero de control para hacer seguimiento en tiempo real a cada uno de los procedimientos, teniendo presente que las tardanzas y contratiempos después vienen a reflejarse negativamente en el frente presupuestal, porque pueden terminar dando pie a los sobrecostos.
Pero igualmente hay que comprometer a la misma clase política de la región a fin de que ayude igualmente a que este histórico programa de inversiones para el Catatumbo salga adelante para beneficio de Norte de Santander y del país.
Hay que destacar que el pacto beneficiará directamente a los habitantes de Ábrego, El Carmen, Convención, El Tarra, Hacarí, La Playa de Belén, Ocaña, San Calixto, Sardinata, Teorama y Tibú, quienes ahora cuentan con un instrumento de planeación e inversión que pone a la comunidad como eje central del desarrollo.
Lograr que la presencia del Estado se manifieste de esta manera, combinada con las necesarias acciones de recuperación de la seguridad y el desmantelamiento de las organizaciones narcotraficantes, podría terminar abriendo una alternativa segura para dejar atrás por lo menos cinco décadas de violencia y de economías ilegales para dar paso a un cambio profundo en esta área del departamento.
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