Suscríbete
Elecciones 2023 Elecciones 2023 mobile
Editorial
El efecto mexicano
Colombia entonces está ante una grave amenaza como es la alianza entre Eln y disidencia de las Farc con esos poderosos narcotraficantes de México.
Authored by
Image
La opinión
La Opinión
Jueves, 13 de Marzo de 2025

En la degradación del conflicto en el Catatumbo al presidente Gustavo Petro se le ha escuchado decir que es indispensable cuidar y recuperar la frontera por cuestión de soberanía, entre otras, porque el jefe del Eln es el cartel de Sinaloa,  y ahora  en la guerra del cañón del Micay (Cauca), el primer mandatario responsabilizó a organizaciones narcotraficantes mexicanas del atentado contra tropas del Ejército.

En 2019, mucho antes de estas menciones presidenciales, ya se advertía de la fuerte influencia de organizaciones del crimen transnacional como los narcos de Sinaloa y Jalisco Nueva Generación que llegaron a controlar  hasta el 80%  de los cultivos ilícitos y la producción de base de coca y cocaína que sale de territorio catatumbero hacia diferentes destinos como el Caribe, México, Estados Unidos, Europa, Asia y África..

Y luego de la sucesión de acontecimientos que han estremecido a esa subregión nortesantandereana, el jefe de Estado en referencia directa al Eln dijo que los dueños de esas estructuras no son comandantes colombianos, son los que compran la cocaína de origen mexicano. “En el Catacumbo matan a sus propios hermanos con un fusil, pagados por cárteles mexicanos y extranjeros”, añadió.

Al enlazar todo esto con lo que ahora advierte en el cañón del Micay, Colombia entonces está ante una grave amenaza como es la alianza entre Eln y disidencia de las Farc con esos poderosos narcotraficantes de México, significando una transformación del conflicto ya no con alzados en armas, sino con ejércitos al servicio de mafias internacionales.

Luego a Petro le corresponde activar su amistad de antaño con la presidenta mexicana Claudia Sheinbaum, para alcamzar un acuerdo bilateral en la lucha contra esas bandas transnacionales a fin de golpearlas tanto militarmente, como judicial y económicamente.
Una operación de esa magnitud requiere ponerse en marcha lo más pronto, porque si en el Catatumbo es el Eln, en el Micay es la disidencia de las Farc con su columna Carlos Patiño la  socia de la mafia mexicana, que asesinó a varios soldados.

Desactivar ese peligroso coctel violento necesita de una colaboración entre países en el campo de la inteligencia, el intercambio de información, la judicialización y la desarticulación de las estructuras criminales que tienen los planes de apoderarse de vastos territorios colombianos como el Catatumbo y el Micay, para instalar sus imperios de las economías ilegales y someter a  la población civil con métodos  barbáricos.

Teniendo en cuenta solamente lo dicho por Petro en cuanto a ese comportamiento que muestran ambos grupos armados ilegales, podríamos estar frente a una situación en que los diálogos de paz con ellas ya no serían factibles tal y como se conocen, sino tal vez para que se desarmen, se entreguen y ante la justicia paguen por sus crímenes, puesto que al estar operando en favor del narco internacional, las puertas para ir a  sentarse en la ‘Paz Total’ podrían quedar trancadas.

Esa reconfiguración de las organizaciones armadas debe ser contenida y sofocada de manera contundente, porque la misma integridad territorial puede correr riesgo de permitirse que organizaciones multinacionales del crimen se tomen vastas zonas colombianas y ellas terminen ejerciendo su control.


Gracias por valorar La Opinión Digital. Suscríbete y disfruta de todos los contenidos y beneficios en https://bit.ly/SuscripcionesLaOpinion . 

Temas del Día