De 1.300 a 1.000 pasarán las semanas necesarias de cotización para las mujeres pensionarse en Colombia, con la Ley 2381 de 2024 empezaron a cambiar las reglas del juego para ellas cotizantes en los fondos de pensiones.
Uno de los ajustes más importantes obedeció a la reducción gradual de las 1.300 semanas requeridas, partiendo de 1.275 en 2025 y en los siguientes años una disminución anual de 15 semanas hasta llegar a 1.000 en el 2036.
Es decir, aproximadamente 20 años de aportes, que se traducen en 6 años de trabajo menos. Sin embargo, la edad para pensionarse se mantiene en 57 años.
Además, aquellas mujeres que tengan la edad mínima para acceder a la pensión y no cumplan con las semanas, pueden obtener el beneficio de restar 50 semanas por cada hijo (a) para así cumplir con las requeridas, el máximo de hijos con los que puede optar a la disminución es de 3.

La ley también contempla que, mujeres con ingresos inferiores a un salario mínimo pueden cotizar solo a pensión, sin preocuparse por los aportes a la salud, esto con el fin de garantizar el acceso al sistema pensional a quienes no cuentan con un ingreso formal y se dedican a labores independientes sin un contrato establecido. El único requisito es encontrarse afiliadas al sistema de salud, ya sea como beneficiarias de una Entidad Promotora de Salud (EPS) o en el Sisbén.
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La voz de las expertas
La Opinión consultó a las abogadas María Teresa Ortiz y Mariela Berbesí, especialistas en el ámbito laboral y pensiones, quienes brindaron consideraciones sobre esta legislación.
Ortiz afirmó que las medida es favorable financieramente para las mujeres porque les permite pensionarse con menos semanas, frente a la Ley 100 de 1993. Sin embargo, Berbesí dijo que da más acceso, pero podría llevar a pensiones más bajas en un futuro.
Desde el ángulo social, “la ley no aborda adecuadamente las disparidades históricas en términos de salarios, oportunidades y tiempo de trabajo que muchas veces les ha tocado asumir, debido a la desigualdad de género. Por lo tanto, el reconocimiento es una mejora, pero aún podría ser insuficiente”, aclaró Berbesí.
En temas de equidad de género, Ortiz lo catalogó como avance, pero con aspectos a considerar. “Es un avance a favor de la mujer, pero también conlleva el desafío de que sea sostenible, pues se requiere de recursos económicos y estrategias para hacerlo viable en el tiempo”.
En conclusión, Berbesí se refirió a esta reforma como “un paso positivo para la gran labor de las mujeres”. En contraste, Ortiz reconoció los beneficios de la reforma, pero subrayó que “debe ser sostenible en el tiempo para no afectar a generaciones presentes y futuras”.
Lo que opinan las mujeres
Sandra Gutiérrez, quien se dedica al comercio informal, se refirió a esta nueva ley como una verdadera esperanza para las mujeres pensionarse, pues “muchas veces se hacía imposible poder cotizar, en los trabajos que tenía no hablaban de eso y también por la crianza de los hijos, eso me impidió cotizar las semanas”.
También así, mujeres que laboran a través de contratos por prestación de servicios, hablaron sobre lo valioso de poder cotizar las semanas que trabajen, “muchas veces no puedo cotizar de manera continua, solo cuando se presenta la oportunidad de un contrato con estas características, me parecen bien estos cambios”, expresó una joven que prefirió reservar su identidad.
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