En el gobierno del presidente Gustavo Petro, Colombia ha alcanzado un nuevo y alarmante récord en la extensión de los cultivos de coca en el territorio: 252.572 hectáreas, según cifras oficiales, lo que refleja un aumento del 9,8% en 2023, respecto a 2022, y una tendencia creciente de los últimos tres años. 

Este contexto lo presenta un informe del Centro de Estudios Económicos ANIF, que analizó las implicaciones económicas que tienen los resultados poco satisfactorios de la lucha contra el narcotráfico.

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Destacó que, en 2023, la producción potencial de cocaína pura registró un incremento de 53% y se ubicó en cerca de 2.644 toneladas métricas.

“Un incremento que se atribuye principalmente a la expansión de los cultivos de coca y mejoras en los procesos de refinamiento en laboratorios destinados para su producción, que ha conllevado a una mejora de la eficiencia en la transformación de la hoja de coca en cocaína”, señaló ANIF.

De acuerdo con los investigadores, de mantenerse esta tendencia al alza y los limitados resultados del Gobierno, Colombia perdería la certificación anual en la lucha contra las drogas otorgada por Estados Unidos.

La situación es alarmante, porque sin ella se reducirán los recursos o se suspendería la asistencia económica destinada al combate del narcotráfico y al fortalecimiento de la defensa nacional. Tales dineros ya se han disminuido, porque, el año pasado, el entonces presidente Joe Biden recortó 15% la partida de la lucha contra las drogas en Colombia de US$160 millones a US$135 millones, para 2025.

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“Todo lo anterior, además de correr el riesgo de ser percibidos como un país riesgoso en términos de seguridad, lo que también afecta el apetito de inversión por parte de capitales extranjeros”, se afirmó en el texto.

Igualmente, debe considerarse el impacto en las poblaciones que sufren directamente los efectos de este flagelo, en las cuales se perpetúan condiciones de desigualdad y pobreza.

Norte de Santander, tercero con más hectáreas 

De acuerdo con los cálculos ANIF con base en datos del Ministerio de Justicia, ONUDD y el Sistema Integrado de Monitoreo de Cultivos Ilícitos (SIMCI), Nariño se mantiene como el departamento con mayor área sembrada, con 64.994 hectáreas; luego está Putumayo, que tiene 50.343 hectáreas.

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“Le sigue Norte de Santander, que reporta 43.867 hectáreas. Una región crítica donde, actualmente, se ha intensificado la violencia entre grupos armados ilegales en la zona del Catatumbo. Esta situación provocó, solo en los primeros meses del año, el desplazamiento de más de 53.000 personas hacia los núcleos urbanos del departamento, según cifras de la Organización de las Naciones Unidas (ONU)”, apuntó ANIF.

Los tres territorios juntos representan el 63% de los cultivos de coca presentes en el país, a corte de 2023. Además, 16 de los 19 departamentos con presencia de estos cultivos registraron una tendencia al alza.

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