Que en la reforma tributaria, aprobada en el Congreso hace algunas semanas, se preservaran los incentivos para la Vivienda de Interés Social (VIS) es un acierto del ministro de Hacienda, José Antonio Ocampo y del gobierno de Gustavo Petro.
Así lo consideró Edwin Jaime Chirivi Bonilla, vicepresidente técnico de Camacol, quien en entrevista con La Opinión, manifestó que este aspecto de la reforma tributaria es muy importante, porque el sector de vivienda social le aporta el 70% de las unidades de vivienda al país, es decir, siete de cada diez viviendas que se construyen son VIS.
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De acuerdo con cifras de Camacol, 170.000 hogares y cerca de 800.000 personas acceden a la VIS cada año.
“El hecho de que se hayan preservado los incentivos a la construcción y a la financiación es una muy buena decisión que tiene impactos favorables en el sector y, sobre todo, para garantizar la oferta de vivienda social a los colombianos”, expresó.
En el principio de la discusión se pretendió eliminar la exención en renta para la VIS, lo que iba a poner en riesgo la construcción de unas 100.000 viviendas por año, así como 408.000 empleos directos e indirectos.
Desincentivos para la vivienda
Edwin Jaime Chirivi afirmó que hay incertidumbre en torno a dos elementos de la reforma tributaria. El primero es el impuesto de timbre creado o asociado a la enajenación de inmuebles, que aplica para las ventas de viviendas nuevas o usadas por encima de los 840 millones de pesos, lo que generará la reducción de este mercado.
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¿Cuántas viviendas construimos en Colombia por encima de 840 millones de pesos? Números recientes nos muestran que, unas 5.400 viviendas, de un mercado total de 250.000; alrededor del 3% de las ventas. Es un porcentaje un poco menor, pero hay que tenerlo en cuenta, porque puede jugar de manera negativa”, sostuvo el vicepresidente técnico de Camacol.
El economista destacó que el segundo aspecto que podría desincentivar la venta de vivienda tiene que ver con el impuesto a la ganancia ocasional, el cual aumentó del 10% al 15%, aunque al principio en el proyecto se pretendió que es tributo fuera del 19% al 39%, lo que representa un escenario mucho mejor del que se planteó finalmente.
“Ese 5% adicional va a tener unos efectos. Se redujo también algo que se llaman los tramos exentos, que al final también puede tener un efecto”, enfatizó.
(Edwin Jaime Chirivi Bonilla, vicepresidente técnico de Camacol. / Foto: Jorge Iván Gutiérrez)
Reforma tributaria territorial
El directivo de Camacol indicó que la propuesta de reforma tributaria territorial, que recientemente esbozó el ministro de Hacienda, puede influir en el sector vivienda, porque la actividad inmobiliaria recae sobre el ámbito local.
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“La definición de tributos de comercialización, que es el ICA –impuesto de industria y comercio-, y prediales, como la plusvalía, que es un instrumento de financiación y de todo el marco para el desarrollo urbanístico, tiene que ver con una decisión local, que consideramos es muy importante”, aseguró.
Edwin Jaime Chirivi señaló que esta propuesta es una enorme oportunidad para homogenizar o simplificar los estatutos tributarios locales, porque, actualmente, un desarrollador que tenga proyectos en diferentes ciudades del país enfrenta regímenes tributarios distintos. Pero, además del problema del que sean distintos, a veces no guardan coherencia con el marco legal nacional.
“Lo segundo es que, derivado de la inversión inmobiliaria, existen grandes oportunidades para la financiación del desarrollo urbano. Cada vez que se construye una vivienda formal estoy incrementando la base tributaria de un municipio, porque genera predial, en su construcción generó impuesto de alineación urbana, muy probablemente por el cambio del uso del suelo género plusvalía, y porque muchas veces más adelante, para obras, va a pagar valorización”, detalló.
Chirivi resaltó que, así, la mayor cantidad de fuentes de financiación de los municipios giran en torno a la actividad de la construcción y, particularmente, la vivienda, por lo que la propuesta de reforma tributaria territorial puede ser una gran oportunidad para, no solamente hacer del desarrollo urbano formal una fuente de financiación, sino también simplificar la estructura.
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