Uno de los sectores a los que mejor les fue en 2025 es el café, con un precio interno de más de $2,6 millones por carga (125 kilos), en tipo pergamino seco. Esto ha permitido que las familias productoras de Colombia se fortalezcan.
Para conocer cómo estuvo el panorama en Norte de Santander, La Opinión conversó con el director ejecutivo del Comité Departamental de Cafeteros, Ricardo Mendoza, quien destacó que el territorio continuó con su senda de crecimiento en área cultivada, pasando de una densidad de entre 4.500 y 5.000 plantas por hectárea a entre 6.800 y 7.200.
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“Esto ha sido gracias a la intervención que se ha hecho a través de nuestro Servicio de Extensión: ese acompañamiento con profesionales en campo, la garantía de compra —a través de la Cooperativa de Caficultores del Catatumbo (Cooperacafé)—, la promoción y publicidad del café colombiano, el desarrollo y la investigación científica”, destacó Mendoza.
El líder gremial afirmó que la política de la Federación Nacional de Cafeteros (FNC), la cual se complementa con las políticas regionales, ha permitido lograr un camino positivo y satisfactorio; por lo que el objetivo es seguir transformando la caficultura del departamento.
“También seguimos aumentando el número de caficultores, introduciendo tecnología, lo que ha hecho que hoy nuestros campesinos tengan una actividad más competitiva y rentable”, añadió.
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En su balance, Mendoza señaló que hay 400 familias caficultoras más, al tiempo que las fincas han aumentado entre 650 y 700. El gremio contabiliza 17.147 productores y más de 19.000 fincas dedicadas a ese cultivo.
Más sacos por hectárea
Ricardo Mendoza resaltó que han trabajado para que los caficultores hagan un aprovechamiento más eficiente de su tierra. Recordó que, en 2009, con 33.600 hectáreas sembradas, el promedio de productividad era de siete sacos por hectárea, lo que equivale a cuatro cargas; ahora es de 19.7 sacos por hectárea, es decir, 12 cargas y media.
“Si uno hiciera un ejercicio rápido en cifras: a $3 millones que está la carga, aproximadamente, las cuatro cargas serían $12 millones. En 16 años los llevamos de $12 millones a casi $40 millones a precio de hoy. Ahí, vemos reflejado ese trabajo arduo que se viene haciendo con los agricultores”, subrayó.
Así mismo, el representante de los cafeteros sostuvo que, por medio de Cooperacafé, con la que la organización ejerce la garantía de compra del grano, se pasó de adquirir volúmenes de entre 4.5 y 5 millones de kilos, hace ocho años, a triplicar esa cifra a 15 millones de kilos actualmente.
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“Algo importante es que gran parte de ese volumen que se está produciendo es también café con valor agregado, es decir, especial, el cual se cotiza a mejor precio en el mercado debido a sus características destacadas”, agregó.
Alrededor del 92% de los 19.7 sacos por hectárea que se producen en Norte de Santander es grano especial. Esa calidad se ha mostrado en el Concurso Nacional de Cafés Especiales y en su subasta, donde la región ha contado hasta con ocho caficultores.
“Llegar con este número de caficultores a esas instancias, una cifra similar a la de departamentos productores con estructuras más robustas, como Antioquia, Tolima y Huila, refleja que se está haciendo un trabajo interesante”, sostuvo Mendoza.
Fondo Rotario, clave para el desarrollo
Ricardo Mendoza informó que desde hace una década ejecutan un programa diseñado por el Comité, el cual ha sido clave para el desarrollo de la caficultura nortesantandereana: el Fondo Rotario para Fertilizantes, que incluso ha sido emulado a nivel nacional.
“Surgió con $300 millones, vía gestión con cooperantes y demás. Hoy ya estamos rotando $6.500 millones. Consiste en dar una línea de crédito para mejorar las condiciones de nutrición de los cultivos, que los caficultores tengan recursos para acceder a fertilizantes para sus cafetales”, dijo el director ejecutivo del Comité Departamental.
Precisó que ese modelo de financiamiento fue la pieza fundamental para que la FNC diseñara Fertirespaldo Cafetero.
Mendoza concluyó diciendo que el buen escenario del sector y el trabajo institucional han logrado cambiar la mentalidad de los productores, un proceso que tomó varios años, para que ahora vean sus fincas como sus empresas.
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