Samir Quintero Mendoza descubrió en las artes plásticas y visuales su pasión en la vida, sin embargo, el camino que recorrió este cucuteño para llegar a presentar sus obras a nivel internacional estuvo lleno de retos y aprendizajes.
Quintero, quien en su adolescencia deseaba ser futbolista, recordó que cuando tenía 16 años una lesión le llevó a tomarse un reposo de seis meses.
En ese período, el gusto por el arte empezó a asomarse en su vida. De esa manera su familia lo inscribió en la escuela de Bellas Artes de Cúcuta para aprender música, aunque según afirmó Quintero, eso no era lo suyo.
En 1999, a pocos meses de cumplir 17 años, Samir Quintero descubrió lo que el destino tenía preparado para él. En la avenida primera con calle 11 encontró un taller de pintura en el cual procedió a inscribirse.
Los seis meses que Samir se dedicó a aprender sobre artes visuales, lo convencieron luego de querer estudiar esa carrera.
Estudios universitarios y primeros retos
Al comentarle a su padre, Samir aseguró que no consiguió apoyo en él pues existían muchos prejuicios alrededor de estudiar dicha profesión.
Frente a ello, Quintero terminó inscribiéndose en la Universidad Francisco de Paula Santander para estudiar arquitectura.
Una vez graduado, viendo su padre el talento que tenía, decidió brindarle los recursos para que estudiara artes visuales en la Universidad Industrial de Santander (UIS), en Bucaramanga.
Mendoza recordó que tras lograr graduarse de artes, se fijó un nuevo objetivo: exponer sus pinturas en el Museo Nacional de Bogotá.
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Trabajar para sobrevivir
Pese a sus grandes metas Samir señaló que las cosas no salieron como esperaba pues a pesar de que se mudó a Bogotá, durante ocho años no fue aceptado en ninguna galería de arte.
En ese tiempo, el cucuteño se dedicó a trabajar como operario técnico en Bavaria, y en las tardes seguía pintando obras y tocando puertas para lograr exponerlas.
A sus 32 años, decidió volver a su ciudad natal donde trabajó como operario y mensajero para subsistir.
Todo empezó a cambiar para Samir cuando un amigo publicista le recomendó inscribirse en una exposición artística en la Torre del Reloj.
Regreso al arte y éxito
Al postularse y ser aceptado en la galería, Quintero sintió aquello como una señal que le cambiaría su vida. El día de la exposición, mencionó que aunque el centro cultural estaba lleno de personas, una sola estaba viendo su obra.
“La exposición era de arte erótico, y mi técnica fue acrílico sobre lienzo. Para aquel entonces no tenía todavía una temática fija”, añadió.
La persona que observaba su obra, era Luis Miguel Brahim, director del Museo de la Memoria ese año, y también de la Fundación El Pilar de Brahim.
El señor al admirar la calidad del trabajo de Samir lo invitó a trabajar con él en su fundación.
Mendoza recalcó que desde ese momento renunció a su trabajo, y comenzó a acompañar y aprender de Luis.
Mientras trabajaron juntos, el norte santandereano perfeccionó su técnica y enfocó sus obras hacia temáticas relacionadas con la migración, y la naturaleza.
“Combinaba mis pinturas con lo que aprendí en artes y arquitectura. Buscando también generar reflexión sobre nuestra responsabilidad con el medio ambiente”, sostuvo.
Desde ese momento Samir logró ganar incentivos y premios del Ministerio de Cultura, así como una residencia artística en Argentina y Bogotá en 2019.
Mientras en Cúcuta sus obras se empezaban a exponer en el Museo de la Memoria, en 2019 el artista de Medellín, Gabriel Ortega, lo contactó para que participara en una galería de arte en esa ciudad.
A partir de ahí, a través de convocatorias, subastas y recomendaciones de otros artistas, las pinturas de Samir Quintero llegaron a presentarse en Barranquilla, las Bahamas, Miami, Singapur, Madrid, Indonesia y Panamá.
Pero lo más importante para el cucuteño fue lograr presentarse entre 2020 y 2021 en el Museo Nacional de Bogotá, donde luego fueron subastadas algunas de sus obras.
Taller Samir Quintero
Después de la pandemia se propuso junto con su esposa a crear un taller para enseñarle arte a jóvenes y adultos. En ese sentido, se ubicaron primeramente en el barrio Cundinamarca; luego en la Avenida Guaimaral y finalmente en el barrio Los Pinos donde se encuentran actualmente.
En el ‘Taller de Arte y Galería, Samir Quintero’, cuatro profesores se dedican a dictar talleres en: dibujo artístico, retrato a carboncillo, dibujo tipo manga, anime y acuarela. Todo según la preferencia de la persona que se inscriba.
“Les permitimos perfeccionar su técnica y que mantengan su estilo propio. Actualmente les enseñamos a 130 personas entre los que se encuentran niños con capacidades especiales”, afirmó Samir.
Asimismo declaró que le ha brindado la oportunidad a sus estudiantes de presentarse en el Museo Norte de Santander y en el Museo de la Memoria.
También indicó que las obras de sus alumnos han llegado a ser compradas y ganar premios .
A futuro, Samir mencionó que proyecta continuar presentándose en otras ciudades y seguir fomentando el arte en la región.
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