La persona implicada mantuvo la distancia del vigilante; por tanto, no se tiene certeza de quién se trate. No obstante, los vecinos se han visto afectados y vulnerables frente a lo ocurrido, tal como es el caso de Roberto Jaimes, habitante del barrio hace más de 49 años.
De acuerdo con Jaimes, lo que más les duele es que la gente haga mal uso de este espacio público, y no suficiente con ello, se robe las sillas, ya que estas se adquirieron con recursos de la comunidad hace más de 15 años.
Para poder adecuar el parque, los habitantes de aquel entonces, que en su mayoría siguen residiendo en el barrio, llevaron a cabo diversas actividades para poder comprarlas y ofrecer un espacio de descanso para ellos mismos, así como para quienes visitan el lugar, como Mairon Páez, quien vive en el barrio vecino, pero asiste al parque todos los días para tomar aire libre.
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Esta situación ha provocado que se tomen medidas alternas, tales como pegar las sillas con cemento al piso, de manera que sean estáticas, esto con el fin de preservarlas y que no afecte el parque, que es de toda la comunidad, entre ellos niños, adultos y mascotas que disfrutan el fresco espacio del también conocido como ‘El Paseo de San Eduardo’.
A partir de la situación que hace énfasis en la seguridad del barrio, se pudo conocer que han contado con el apoyo del Comando de Atención Inmediata (CAI) de Ciudad Jardín, el cual es el más cercano a la zona. Los integrantes de la Policía hacen rondas de vigilancia de manera constante y atienden a los diferentes llamados de la comunidad.
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